Incendios forestales
La colaboración ciudadana es importante en muchos aspectos, pero en este caso se hace fundamental.
Hay pocas situaciones donde la colaboración ciudadana resulta tan importante como ocurre con la prevención de incendios forestales, porque ya está comprobado que un importante porcentaje de ellos nace, precisamente, porque son provocados por la misma gente, de manera involuntaria, pero también por actitudes irresponsables y, en el peor de los casos, por desequilibrados que disfrutan al ver el fuego y sin importar las consecuencias.
Nuestra región de Los Ríos es una de las que más requiere de la participación de la comunidad en la tarea de minimizar este problema y no sólo porque se trate de proteger las actividades de la industria forestal y sus derivados, mencionando en primer término su importancia como factor de fuente laboral de muchas personas. Sin embargo, lo primordial en el combate al fuego es la protección del bosque nativo, que en Los Ríos representa miles de hectáreas de una de las mayores riquezas naturales del territorio nacional.
Para lograr el objetivo de mantener el problema lo mejor controlado posible, es que se dictó la alerta temprana por parte de la Corporación Nacional Forestal, Conaf, y la Onemi, que fue ratificada hace un par de días ante la carencia de precipitaciones y la persistencia de las altas temperaturas en el área de la región.
Las atribuciones de que disponen estos organismos bajo la figura legal de la alerta temprana figura la posibilidad de reforzar las condiciones de vigilancia, lo que en la actual situación se hace especialmente necesario en el territorio de la provincia del Ranco, que ha sido la principalmente afectada durante la presente temporada estival.
Para que todo esto resulte provechoso y la utilización de recursos humanos y materiales gane en efectividad lo esencial es que la gente se comprometa a cuidar los bosques. Se hace incomprensible que muchos incendios se generen porque alguien no fue capaz de apagar debidamente una fogata o, peor aún, porque alguien lanzó, desaprensivamente, una colilla de cigarrillo.