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Gobernador interviene en problema de ambulantesBomba destruyó vidrios del edificio consistorial

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Una vez que asuma el gobernador provincial titular será resuelto el problema que presentan los ambulantes que se instalan en calles Picarte y Camilo Henríquez. Ante las quejas del comercio establecido por la competencia ilegal, se buscará instalar a los irregulares en un local tipo feria persa, donde trabajen tranquilos.

Un artefacto explosivo, de escaso poder destructivo, pero muy ruidoso, destruyo anoche gran parte de los vidrios de las puertas y ventanas de la parte delante del edificio de la Municipalidad de Valdivia. No hubo personas lesionadas y hasta el momento ninguna organización ha reivindicado la autoría del atentado.

El director del Servicio de Salud Valdivia, Joel Arriagada, decretó ayer la alerta sanitaria para toda la provincia a raíz de que aumentó a 77 el número de personas intoxicadas por consumir mariscos crudos. En el organismo se informó que la situación se complica porque todavía no se ha podido determinar el origen de los productos.

El necesario control al actuar policial

Argüir que desarrollan su labor en la vía pública por extrema necesidad parece una burla.

Es preciso contar con un debido entrenamiento de los aspirantes a policía.

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La muerte de un ciudadano en un furgón de carabineros en Rancagua esta semana, evidencia que el resguardo de garantías debe ocuparnos sistemáticamente.

El artículo cuarto de la Constitución Política nos consagra como una República democrática y ello impone como principio orientador un sistema policial respetuoso de la dignidad de las personas, que deja muy poco margen a un Estado policiaco.

Por ello es que los excesos policiales resultan inadmisibles. Para evitar estos posibles abusos, es preciso contar con un debido entrenamiento de los aspirantes a policía y adecuados controles internos, para que en su necesario proceder, sean respetuosos de las limitaciones dispuestas en resguardo de los derechos fundamentales de quienes sean objeto de su actuar.

Pero aquel autocontrol no es suficiente. Se requiere de controles externos para evitar el sesgo natural de quien se auto supervigila.

El Ministerio Público, bajo cuyas instrucciones la policía actúa, es el primero de estos controles externos y los siguientes, más alejados temporalmente, lo ejercen jueces y defensores.

En esta área de control externo, cobra vital importancia la propuesta del Defensor Nacional, Georgy Schubert, respecto de la necesidad de contar con registros fílmicos, cuyas virtudes son evidentes por sobre aquellas de los registros escritos confeccionados ex post a lo actuado y al amparo del recuerdo de los policías, pues recogen los acontecimientos y los conservan sin alteraciones y sin la discriminación que realiza el intelecto humano al construir un recuerdo.

Este registro fílmico resulta ser un muy buen inhibidor de un eventual exceso policial y un antecedente de calidad para que fiscales, jueces y defensores puedan conocer lo sucedido y resolver conforme a la verdad.

Con medidas como ésta minimizamos la posibilidad de vulnerar derechos y resguardamos los principios de un Estado democrático de derecho.

Defensor Regional de Los Ríos

Una historia de varias décadas

Han sido numerosos los intentos por controlar el comercio ambulante y todos han terminado de la misma forma.

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El problema del comercio ambulante instalado en Valdivia no es nuevo ni mucho menos. Se arrastra por décadas y cada vez que se ha intentado buscar una solución o simplemente tratar de erradicarlo, los resultados han sido parecidos. Siempre terminan con la victoria de quienes ocupan las calles para desarrollar su actividad.

También ha sido extenso el análisis de esta situación. En sus comienzos, cuando efectivamente había problemas de subsistencia para numerosas familias, se podía entender que se utilizara el comercio informal como una fórmula para atenuar las dificultades de tanta gente para asegurar un inestable sustento.

En 2014 el panorama es muy diferente y que algunos ocupantes de calles insistan en argüir que desarrollan su labor en la vía pública por extrema necesidad parece una burla. Bastaba ver el tipo de productos ofrecidos durante la jornada sabatina en el paseo Libertad o en la costanera para comprender que se trata de personas que manejan bastantes recursos y que actúan metódicamente, moviéndose de ciudad en ciudad. Nada que ver con los antiguos ambulantes, que precariamente lograban instalar un puesto de venta con artículos elaborados por ellos mismos o comprados en escasa cantidad, porque efectivamente no tenían dinero.

La Municipalidad de Valdivia informó hace algunas semanas que destinaría tres puntos específicos para la instalación del comercio ambulante, al costado de la Feria Fluvial, el Paseo Camilo Henríquez y el Parque Saval. El sábado, con la Noche Valdiviana como atractivo principal, era entonces la prueba de fuego para comprobar la eficacia de la ordenanza.

Ya sabemos que tras algunos intentos de Carabineros por despejar la vía pública, el Paseo Libertad, la principal vía peatonal de la ciudad, quedó convertido en una sucesión de venta de los más diversos productos, incluyendo comida, aspecto en que supuestamente habría una fiscalización más severa por sus implicancias sanitarias.

La historia terminó como siempre.