A minutos del centro de Valdivia se emplaza uno de los sectores poblaciones más característicos de Valdivia: los Barrios Bajos. Tras el terremoto de 1960, cada invierno hacía noticia por sus inundaciones producto de las intensas precipitaciones. Lo anterior quedó en el pasado tras la construcción del denominado colector Philippi y la posterior pavimentación de varias calles del sector.

Ahora el barrio deja ver su encanto con su sabor a antiguo, proporcionado por sus casas construidas con maderas nobles. También el barrio es refugio para los añosos oficios, como el zapatero.

El sector también deja al descubierto el crecimiento urbano sin planificación con sus innumerables pasajes estrechos y terrenos donde se emplazan varias casas y cabañas que son arrendadas a estudiantes universitarios y turistas en la época estival.