El turismo que queremos para Valdivia
Se necesita fortalecer las organizaciones ciudadanas, pero también que exista un compromiso de las autoridades para que los acuerdos sean vinculantes.
...esperamos que los turistas colaboren con nosotros en el cuidado de estos espacios...
Terminó uno de los veranos más concurridos que se recuerde en Valdivia. Mucha gente en las calles o tacos a toda hora en el centro, en la ruta a Niebla o en los accesos a los puentes, pero también gran cantidad de situaciones producto de malos hábitos, ya sea de nuestros visitantes o de nosotros mismos.
Obviamente, nos alegra que muchas personas quieran visitar la gran cantidad de atractivos naturales y turísticos que tenemos en nuestra región, sin embargo, también esperamos que los turistas colaboren con nosotros en el cuidado de estos espacios que conservan un capital medioambiental y patrimonial único.
Para nadie es agradable que lleguen a su casa personas que no respetan las normas básicas de convivencia ya sea con el medio ambiente o la infraestructura de uso público, y no acatan, por ejemplo, las señaléticas de no acampar en las playas o incluso en sectores residenciales de Valdivia dejando tras de sí basuras y desperdicio. Tampoco lo es que ingresen en jeeps o motos a nuestras playas transgrediendo las normas al respecto, o que circulen en motos de agua en zonas que son, el único lugar de descanso para aves migratorias de la región como el estuario del río Chaihuin. La naturaleza de Chile nos entrega espacios ricos en biodiversidad y paisajes de belleza única. Si no la cuidamos, rápidamente arruinaremos los recursos que sustentan la vida y permiten actividades tan importantes como el turismo.
Queremos un turismo inclusivo e integrador, pero de personas conscientes y respetuosas de las ciudades y localidades que los acogen durante el verano, observadoras de las normas que permiten mantener los espacios públicos y naturales para todos.
¿Qué podemos hacer entonces? Hacemos un llamado a nuestras autoridades municipales y regionales a definir más claramente las ordenanzas y normativas de uso y habilitación de espacios, intensificando la fiscalización en temporada estival, de modo que entre todos podamos velar por que el turismo sea una actividad productiva importante que traiga desarrollo y bienestar económico, pero enlazado con el cuidado de la ciudad, la gente y su entorno.
Otros ya lo han hecho: ciudades como Ancud y Pucón, han logrado regular la actividad turística mediante la creación e implementación de diversas normativas. Hacia allá debemos caminar, pero tenemos que hacerlo en forma coordinada, ordenada y por sobre todo, clara y transparente.