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La defensa del río Bueno

Autoridades y vecinos han expresado su inquietud ante anuncio de probables instalaciones en el río Bueno.

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De una forma que puede ser calificada como cercana a la unanimidad y con fundamentos que apuntan en la misma dirección han reaccionado las comunidades de la provincia del Ranco ante la posibilidad de que se produzcan intervenciones en el río Bueno, mediante la instalación de pisciculturas o centrales hidroeléctricas.

Tanto las autoridades comunales como representantes de organizaciones sociales y vecinales han señalado, con diversos argumentos y firmeza, que no están dispuestos a permitir que el principal curso fluvial de la zona sea sometido a lo que implica la llegada de proyectos productivos o comerciales sin que se agoten todas las instancias medioambientales que garanticen que más tarde no habrá problemas, como ha ocurrido en otros puntos de la región.

Al respecto, además de resaltar que la opinión de autoridades y vecinos es una sola, independientemente de la comuna o los colores políticos que representan, en el caso de las primeras, merece un reconocimiento la tendencia a señalar que la protección del río Bueno se basa en el enorme potencial turístico que contiene toda la cuenca y en su importancia cultural, como eje geográfico e histórico de las comunidades que viven en sus riberas.

Nadie mejor que la gente de la provincia del Ranco puede señalar lo que pretende para su desarrollo a partir de sus riquezas naturales, por lo que la defensa del río frente a probables instalaciones de iniciativas tendientes a modificar su uso resulta algo natural y plenamente comprensible.

Es muy importante que cuando aparezca la posibilidad de realizar inversiones que representen, de alguna manera, cambios en los hitos locales o regionales las comunidades cercanas tengan la posibilidad de entregar su opinión y su exigencia de pleno cumplimiento de las normativas, especialmente ambientales, para impedir que se repitan situaciones como las que les correspondió vivir a otros sectores cuando no existían muchas posibilidades de intervenir en sus propios asuntos.

Mega juicios

Nadie mejor que la gente de la provincia del Ranco puede señalar lo que pretende para su desarrollo.

Es pertinente revisar si los actores del sistema están debidamente entrenados.

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Se cuestiona la realización de juicios extensos por el gran número de pruebas que éstos implican, afectando la inmediatez, por cuanto los jueces naturalmente irán olvidando lo que la prueba les dijo conforme transcurren los días de juicio.

Mi primera reflexión es que si bien a más prueba mayores antecedentes para reconstruir lo sucedido y valorarlo jurídico-penalmente, ello no nos debe apartar de la necesaria exclusión de aquello que es claramente redundante. Ejemplo de esto es el caso de los llamados testigos de oídas que sólo nos dirán lo que escucharon de aquel que declarará en juicio y cuyo testimonio es de primera fuente. Lo mismo respecto de pericias de ciencias o expertos no acreditados debidamente y que generan el riesgo de aseveraciones seudotécnicas respecto de disciplinas sobre las cuales jueces e intervinientes son legos y, por tanto, susceptibles a equívocos por la fuerza de convicción que produce el afirmar que es verdad porque la particular ciencia lo dictamina.

Es necesario también revisar si se están produciendo acuerdos para dar por cierto hechos que no inciden en las pretensiones de los intervinientes; si la judicatura está debidamente instando por este tipo de convenciones y si las partes tienen la suficiente altura de miras para pactarlos, evitando dilaciones.

La segunda reflexión, es que siendo inevitable el que se programen largos juicios en casos como aquellos en que hay gran número de víctimas o el litigio versa sobre hechos complejos como lavados de activo o delitos bursátiles de envergadura y repetición, es pertinente revisar si los actores del sistema están debidamente entrenados, más allá de innatas habilidades, para hacerse cargo de la complejidad de los mega juicios, con métodos y técnicas adecuadas.

Habrá que estudiar si las academias están generando profesionales habilitados para ello y si los procesos de selección y capacitación de las entidades involucradas, están abordando esta problemática.

Sin ánimo de juzgar sino de abrir debate reflexivo es que lanzo estas líneas al ruedo de la reflexión con altura de miras.

Defensor regional de Los Ríos