Dotación policial en Los Ríos
...en las principales ciudades, se requiere de una visión más global del fenómeno delictual...
Cada vez que asume una nueva autoridad, la discusión en temas de seguridad pública suele centrarse en cuántos nuevos efectivos policiales se lanzarán a las calles para prevenir y controlar. Se trata de un debate que muchas veces olvida el fondo del problema, pero que en el caso de las comunas semi rurales de nuestra región de Los Ríos, se tornan gravitantes para sus vecinos.
Es lo que ocurre, por ejemplo, con la comuna de Paillaco. Con casi 20 mil habitantes, según los últimos reportes oficiales cuenta con 36 Carabineros asignados. Si realmente esos efectivos están operativos en la comuna de manera permanente, esto nos da una cifra de un efectivo policial por cada 555 habitantes. Panguipulli, a su vez, cuenta con 110 policías uniformados para una población que bordea los 33 mil habitantes. Es decir, uno para 300 personas. ¿Un avance el de Panguipulli? Sí, pero no necesariamente una mejora sustancial.
¿Es una mayor dotación policial la respuesta a todos los males? En parte sí y en parte no. Quienes han liderado las políticas públicas en materia de seguridad suelen caer en el mismo error: pensar que el plan cuadrante de vigilancia, sumado a un aumento en el número de hombres y mujeres que ingresan cada año a Carabineros, son la panacea. Y queda demostrado que no es así.
Durante su campaña, la recién asumida Presidenta Michelle Bachelet, comprometió reforzar el número de funcionarios policiales, tanto PDI como Carabineros, en 7 mil nuevos cupos. Lo mismo hizo, anteriormente, el ex Presidente Sebastián Piñera. Y lo han repetido sus antecesores. Sin embargo, al cabo del primer año de formación, principalmente en Carabineros, el éxodo de efectivos supera los mil, con lo que se reduce ostensiblemente el reforzamiento prometido. Las razones pueden ser muchas, pero principalmente tienen que ver con las crecientes desventajas que una carrera policial enfrenta ante un mercado laboral cada vez más variado y atractivo.
Así como en Paillaco, en otras zonas semirurales del país, como también en las principales ciudades, se requiere de una visión más global del fenómeno delictual, profundizar en sus razones y gatillantes, acompañar cualquier política de otras iniciativas que alienten una mayor igualdad de oportunidades para que el delito no sea opción a una vida de trabajo.
Diputado distrito 54