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Familias valdivianas vivieron el terremoto en Arica y Alto Hospicio

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Juan Carlos Hernández G.

El terremoto del martes en la noche en el norte de Chile también fue vivido por familias valdivianas que residen en zona.

Ayer, ya con la tranquilidad del "día después" contaron la experiencia vivida en Alto Hospicio y Arica, para -simultáneamente- entregar un mensaje de tranquilidad para los familiares y amigos que tienen en Valdivia, la región de Los Ríos y la zona sur en general.

Pablo Muñoz Jara (26 años), técnico en camiones de extracción minera, es uno de los valdivianos que vivió el terremoto anoche en Alto Hospicio, donde reside desde hace un año junto a su esposa, Paula Higueras, y su hijo Gabriel, de cuatro años de edad.

El joven profesional recordó que al momento del terremoto "mi señora estaba en la pieza mirando TV, con mi hijo, mientras yo armaba rompecabezas en el primer piso. El movimiento empezó suave y al comienzo lo tomé como normal, por lo que había pasado en los días previos, pero de a poco aumentó y empezó a moverse todo. La casa se movía de un lado para otro y la tierra comenzó a crujir muy, muy fuerte. Corrí al segundo piso y nos protegimos los tres. Era como si cayeran rayos".

Continúa su relato: "Al instante hubo una réplica y salimos a la calle a ver a los vecinos, nos juntamos todos, vimos que no había daños en las casas, pero no nos evacuamos, porque el lugar donde vivimos está a 650 metros sobre el nivel del mar. Después de eso logramos contactarnos con mi familia: mi mamá Miriam, que está en Valdivia, y mi hermano mayor Gerardo, que está en Puerto Montt. También hubo amigos que se preocuparon, pero estamos bien".

Pablo Muñoz recuerda que el resto de la noche durmieron "a pestañazos, por las réplicas y el sonido de la tierra. La luz eléctrica volvió a las ocho de la mañana, pero estamos sin agua. Hay camiones aljibe de la municipalidad que están repartiendo agua". Hoy fuimos a ver a unas amigas que viven en otro sector y encontramos que el edificio de dos torres en el que viven se partió por la mitad".

En Arica, el valdiviano y estudiante de Ingeniería Industrial en la Universidad de Tarapacá Hernaldi González Pino (20 años) fue sorprendido por el terremoto mientras entrenaba básquetbol en su universidad.

El joven señala que su grupo de compañeros sintió un fuerte movimiento, pero "estábamos tranquilos, porque en el lugar donde entrenamos no corríamos peligro". Sin embargo, la preocupación fue inmediata por su madre -Yasna Pino- ya que viven en un departamento cerca de la playa de Arica. "Colapsé y solo podía pensar en ella. Le envié un mensaje, porque no sacaba nda con ir a la costa. Una hora después nos encontramos en una casa al lado de la universidad, ya que estábamos de acuerdo que así lo haríamos en caso de una emergencia. Estábamos de acuerdo y preparados, por lo que había pasado en los días previos", agregó.

Hernaldi González asegura que no fue necesario sumarse a la evacuación realizada en Arica, porque el Campus Saucache de la Universidad de Tarapacá queda lejos del centro y "ahí estábamos a salvo de cualquier peligro. Cuando nos encontramos fue emotivo y recién entonces pudimos estar tranquilos".

Ayer pasadas las 9 de la mañana, madre e hijo bajaron hacia la costa y comprobaron que el terremoto no causó daño en su propiedad. "Es sorprendente. Hubo muy poco daño para un movimiento tan fuerte, salvo el caso del Morro, que tuvo un desmoronamiento. A esta hora (15.30 horas de ayer), la gente está en los supermercados, aprovisionándose de cosas, porque existe el temor de que se produzca un terremoto más fuerte".

En Valdivia, ayer muy temprano, los abuelos y una tía del estudiante universitario tuvieron tranquilidad al saber que su familia en el norte no tuvo complicaciones a consecuencia del terremoto de la noche del martes.