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Víctimas fatales murieron sobre sus camas en el segundo piso

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Juan Vargas Oñate

Nueve de las diez víctimas que murieron calcinadas en el incendio del hogar de acogida en Reumén, estaban en sus camas al momento del incendio, en el segundo piso del inmueble. Así se desprende del informe preliminar del Labocar de Carabineros, que ha periciado cada centímetro de las llamadas "áreas focales y principal" , del siniestrado lugar.

También y como resultado de los análisis efectuados en el recinto, el Labocar concluye que la causa probable está en el recalentamiento del cañón de una cocina a leña -en el primer piso- y que las llamas comprometieron una pared que separaba este recinto con una bodega.

De esta forma, se descartaron de plano otras dos fuentes calóricas como eventuales causas del incendio, entre ellas el recalentamiento del cañón de una estufa a combustión lenta, como se había sostenido en principio. La otra descartada fueron los cañones de un sistema de evacuación de gases de la casa.

El jefe del Labocar, capitán Víctor Olavarría, quien dirige y coordina la función de peritos de Valdivia y Temuco de la institución policial, explicó que el fuego partió desde la zona central, donde estaba la cocina, hacia los extremos frontales y laterales de la estructura de madera de la casa, alcanzando al segundo nivel que, consumido por las llamas, se desplomó con las víctimas sobre sus camas, presuntamente ya muertas al inhalar el monóxido de carbono del humo.

El fuego se propagó y envolvió rápidamente la estructura de madera de la vivienda.

"Era una estructura bastante seca, que facilitó la propagación del fuego", indicó el oficial.

Agregó que hallaron entre los escombros quemados un serpentín, lo que hablaría que se mantenía agua caliente de forma permanente para su uso.

Respecto de las conclusiones sobre los restos óseos calcinados de nueve de las diez víctimas, explicó que había indicios que hacían concluir en el "colapso del segundo nivel, sobre el primero y que todas las víctimas estaban en el segundo piso. Los restos hallados estaban atrapados entre la estructura del segundo nivel y sobre restos quemados de colchones y en una posición boca abajo por la caída. Estos restos en comparación a los de María Cossio, la cuidadora del hogar, que fue hallada en otro sitio, tenían una evidente posición diferencial", dijo.

Ayer en Reumén, el comentario de los vecinos era que María Cossio, pudiendo escapar del fuego y salir, habría muerto al intentar sacar a las víctimas hacia el exterior de la casa que ardía en llamas.

El capitán Olavarría señaló que en los incendios, "no siempre las víctimas mueren por efecto de las graves quemaduras, si no que también hay una causa primaria que es la inhalación del monóxido de carbono".

Sobre la complejidad que demandaría la labor de identidad de los diez cuerpos de las víctimas, el capitán Olavarría, señaló que si bien, el efecto de fuego sobre los cuerpos humanos causa un daño severo, hoy el Servicio Médico Legal, cuenta con una tecnología que permite identificar los restos a través de las muestras de ADN.

Para estos efectos, los familiares de las víctimas concurrieron ayer al Servicio Médico Legal de Valdivia, para tomarse muestras de sangre.

Entre las pericias practicadas ayer en el área de las calles Galvarino con 12 de Octubre por el Labocar, estuvo la relacionada con los cierres y chapas de las puertas, para determinar si estaban o no cerradas.

"Encontramos una puerta principal de entrada y salida, ubicada en el frontis del in- mueble, naturalmente destruidas y otras de dependencias que están siendo periciadas para verificar sus sistemas de cierre y determinar si estos alcanzaron a ser abiertos. Si estaban todas abiertas o cerradas, es una hipótesis que tendremos que verificar, de acuerdo a nuestras pericias en el sitio del suceso. Por ahora, hallamos una no activada, es decir cerrada, pero corresponde a una puerta posterior del inmueble y del primer nivel", agregó.

Sobre cómo lograron escapar con vida del incendio, Iván Lancapichún (46), María Agustina Toro (61) y Amanda Carolina Martínez (30), el capitán Olavarría, dijo que "directamente no tenemos conocimiento de cómo o cuales fueron las circunstancias por las cuales lograron escapar o cómo salieron".

"Sin embargo -añadió-podemos decir que contaron con la ayuda de terceras personas que intervinieron para sacarlas". Consultado por si habían escalera de emergencia, dijo que " hallamos algunas escaleras carbonizadas, pero no sabemos si correspondían a sitios de salidas de emergencia, porque las que habían eran normales como las de cualquier otra vivienda", señaló.

"Lo que sí hallamos fue un rampa en el área central para desplazamiento de personas en sillas de rueda, lo que nos hace presumir que había gente que necesitaba de estas sillas para movilizarse".

Ayer hasta el Servicio Médico Legal en Valdivia llegaron algunos familiares de las víctimas, como Nora Henríquez Iturrieta, hermana de Candelaria Segunda (68), a quien -según afirmó- había dejado de ver hace 15 años, porque vive en Santiago.

Junto a su cuñada Blanca Silva, acudieron desde San José de la Mariquina -donde reside la familia- hasta el SML para las pruebas de ADN, dispuestas por el fiscal José Rivas, a cargo de la investigación y para la identificación científica de los restos calcinados de las otras nueve víctimas.

En la Fiscalía Regional, Lorena Sandaña, indicó que atendiendo al estado en que se hallaron los cuerpos, "no es posible asegurar en qué plazo tenderemos los resultados, pero el Servicio Médico Legal, ha establecido prioridad para la realización de esta tarea".

El domingo, los detectives de la Brigada de Homicidios de la PDI, dirigidos por el subprefecto Jorge Vásquez, llegaron hasta el hospital de Paillaco para entrevistar a los tres únicos sobrevivientes del incendio . Sin embargo, se indicó que sólo pudieron conversar un momento con Iván Lancapichún, toda vez que las otras dos mujeres estaban en estado de schok por lo sucedido y por los momentos angustiantes que pasaron. Extraoficialmente, Lancapichún habría dicho que fue ron rescatado por vecinos que derribaron una puerta con un hacha, lo que permitió que los tres fueran sacados y puestos a salvo de las llamas.