Luego de haber disfrutado de una de las temporadas estivales más calurosas y con mayor cantidad de visitantes de los últimos años, lentamente la quietud y la tranquilidad se han ido apoderando de las calles y los barrios de Valdivia.

Pero el retorno de los secundarios y universitarios a clases no ha sido el único indicador de que el verano ya quedó atrás, sino también la llegada del otoño con sus imágenes tan características, con hojas secas y caídas en los prados y calles, frío matinal y la obligación de abrigarse un poco más.

Es la otra cara de la ciudad de la luna y el río, una que nos obliga a reinventarnos en esta etapa del año y, por cierto, nos regala también una serie de postales y lugares comunes que el lente de Diarioaustral resumen en las siguientes imágenes.