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Incertidumbre en sector educación

Las polémicas y falta de claridad respecto de la Reforma afectan a universidades y colegios en Los Ríos, como en todo el país.

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Aunque aún no ha sido presentada con detalle a los legisladores, la Reforma Educacional se mantiene en la agenda pública rodeada de varias polémicas, que se tensionan en la medida en que más opiniones políticas se vierten en torno a ella. Pasa especialmente después que los medios de comunicación deben informar sobre los resultados de las reuniones que ha sostenido el ministro con diferentes actores relacionados con el sector.

Gratuidad universitaria, desmunicipalización, fin del copago en la subvención escolar, término de la selección de ingreso a liceos emblemáticos, apoyo a la enseñanza preescolar, lucro; entre otras palabras, son las que integran gran parte de esas controversias y que en conjunto provocan incertidumbre frente a lo que va a suceder en una de las áreas más importantes del quehacer nacional.

El tema se palpa especialmente en nuestra región con respecto de la situación que enfrenta la Universidad Austral en su calidad de casa de estudios tradicional, no estatal. Pero también se deja sentir entre los rectores de las demás universidades presentes en la zona y entre los sostenedores de colegios particulares subvencionados, que hoy atienden a la mayoría de los niños y jóvenes en edad escolar de Los Ríos. En general para ellos hay una nebulosa que puede frenar el proceso normal de postulaciones y de preparación para el próximo año académico-escolar.

Por supuesto que esta inestabilidad no resulta positiva, aunque exista consenso respecto de la necesidad de realizar cambios profundos en el sistema educacional chileno, para que vuelva a ser un motor de movilidad social y de progreso para las personas y no un reflejo de la desigualdad social.

Es necesario, entonces, que se produzca mayor claridad pronto respecto de los cambios que la reforma impulsará, para que exista en torno a ellos un diálogo más técnico y centrado en aspectos como la formación de los profesores y el trabajo dentro del aula, que son áreas cruciales a la hora de hablar de calidad y eficacia en el proceso de enseñanza-aprendizaje; pero que hasta ahora no han sido abordados con la adecuada profundidad.

Desde Los Ríos, como en todo el país, se espera una discusión más clarificadora al respecto.

Valparaíso, tierra de resilientes

...falta un diálogo más técnico y centrado en aspectos como la formación de los profesores y el trabajo dentro del aula, que son áreas cruciales para lograr efectiva calidad...

...nos muestra la capacidad del ser humano de volver a empezar en el dolor, de reconstruirse...

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La resiliencia "es la capacidad de una persona o de un sistema social de vivir bien y desarrollarse positivamente a pesar de las condiciones de vida difíciles, y de manera socialmente aceptable" (Vanistendael Stefan, 1996). Con esta frase comencé una de mis clases, esta semana, en las aulas de la Escuela de Psicología de la Universidad San Sebastián. Luego, cuando busqué ejemplos para que el concepto quedara más claro para mis alumnos, sólo pude ver la imagen de Valparaíso en llamas, pero no la del Valparaíso de la prensa sensacionalista, sino el de las personas en el Puerto limpiando sus terrenos, sonriendo, trabajando, animando a otros y más aún, poniendo una bandera chilena, como símbolo de que todo no está perdido y que hay, nuevamente, esperanzas. Es así, como dos factores componen la resiliencia, el primero, la resistencia frente a la destrucción, entendida ésta no como el oponerse o rebelarse a la naturaleza (como el caso de los terremotos), la mala fortuna (como el incendio del puerto), una pérdida familiar, un tsunami u otros, sino que la resistencia a destruirse como ser humano. Es decir, a no perder la capacidad de reír, de soñar, de creer, de tener ideales o de amar frente a la destrucción u adversidad.

El segundo factor es la capacidad de construcción, concepto que hoy entendemos casi literalmente, sabiendo que debemos poner de pie 2 mil 500 casas. Sin embargo, además de la reconstrucción material, nos muestra la capacidad del ser humano de volver a empezar en el dolor, de reconstruirse en las emociones, de rearmarse como familia, de regenerar la motivación por el día a día.

Valparaíso hoy, gracias a la fuerza de su gente de Puerto y de muchos otros anónimos, vuelve a mirar el futuro con optimismo, se sobrepone al dolor, mira con esperanza y se muestra una vez más como "tierra de resilientes".