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Interactuar es "salud social"

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Terapia Ocupac. UST

Está científicamente comprobado que salir de nuestra casa, de las cuatro, ocho o diez paredes que nos rodean, genera cambios positivos y preventivos en nuestra salud.

Por naturaleza el ser humano es activo y dinámico. Es por ello que resulta clave la participación de los adultos mayores en distintas actividades como las familiares, con amigos, en organizaciones sociales o clubes, entre otros, ya que toda interacción nos permite relacionarnos y dejar de estar en soledad.

Por lo tanto, la vinculación, la pertenencia y la actividad grupal determinan el estado de nuestra "salud social", impactándonos positivamente tanto en el ámbito físico como sicológico; mientras que el aislamiento y la inactividad generan un efecto inverso, ya que, en estos casos, el peor enemigo es la soledad y aislamiento.

Asimismo se recomiendan las actividades outdoor, que conjugan la naturaleza, aire libre, aventura y deporte, provocando cambios mentales y físicos en nuestro cuerpo. De hecho, el cerebro tiene mucha más actividad estando en la naturaleza, lo que se expresa en que la persona tiene mayor empatía, estabilidad y amor. Al contrario, si están encerrados en casa, éste tiende a traducir su funcionamiento en miedo y estrés.

Además, como dato científico, se sabe que un poco del colesterol que consumimos se aloja en nuestra piel y los rayos UVB lo modifican convirtiéndolo en vitamina D3, activando así los mecanismos para una mayor y mejor absorción de calcio para nuestros huesos, entre otros beneficios.

Así que con sol o sin él, lluvia o frío, es importante visitar nuestra naturaleza y disfrutar sus detalles que, sin duda, nos llenarán de vitalidad, energía y belleza. Esto nos permite un envejecimiento activo, que de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud: "pretende mejorar la calidad de vida de las personas a medida que envejecen, favoreciendo sus oportunidades de desarrollo para una vida saludable, participativa y segura".