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Convenio de programación

La región debe velar porque se cumpla el acuerdo de $136 mil millones de inversión, firmado con el ministerio de Salud.

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En medio de las diferentes polémicas surgidas entre los lineamientos del actual gobierno y las del anterior, el área de la Salud ha sido reiteradamente aludida por el retiro de la ley sobre etiquetado de alimentos y de la libre elección en Fonasa, por el cuestionamiento a Elige Vivir Sano y por la triste realidad descubierta en torno a hospitales anunciados, como el de Puente Alto.

Esas noticias sin duda son importantes para la vida cotidiana de los chilenos, pero no han alcanzado tanto análisis comunitario como las demás reformas, por ejemplo.

Desde la región de Los Ríos es importante estar atentos y aportar para lo que sucede en todas estas áreas, pero resulta particularmente relevante que se mantenga atención sobre el sector Salud y su devenir, porque nuestra zona se encuentra en el comienzo del cumplimiento un Convenio de Programación que compromete obras e inversiones para los próximos once años, con una inversión sectorial y local por 136 mil millones de pesos, una cifra realmente muy alta, si se considera que los presupuestos anuales de la región bordean los 48 mil millones.

Se trata de un acuerdo aprobado por el anterior Consejo Regional y firmado en noviembre de 2013 por el ex ministro Jaime Mañalich y el ex intendente Henry Azurmendi; el cual contempla la construcción de 4 hospitales, la normalización del Hospital Base de Valdivia; las edificaciones, ampliaciones y normalizaciones de 16 Centros de Salud Familiar y de 58 postas; además de los estudios para un gran centro de salud regional a largo plazo.

Este año debieran ejecutarse los primeros estudios y comenzar obras a partir de 2015, para llegar al 2024 con una red asistencial más consolidada y respondiendo a las necesidades la población que mayoritariamente se atiende en el sistema público.

Hasta ahora, no hay razones para pensar que un acuerdo formal y la asignación de fondos sufriera variaciones de algún tipo; pero la realización de los proyectos depende de tantos factores diversos, que es necesario mantener una preocupación ciudadana constante al respecto.

Juego de "cartas chicas"

El plan compromete obras e inversiones para los próximos once años, con una inversión sectorial y local por 136 mil millones de pesos, una cifra realmente muy alta.

...en medio de un escenario de escasez de leche, tal vez podríamos esperar mejores incentivos...

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Durante esta semana, la empresa Soprole anunció nuevas condiciones de compra de leche para sus proveedores a partir de mayo y que implicarán una recuperación en torno al 4%-5%.

Como señal, una buena noticia. Pero en magnitud, definitivamente por debajo de las expectativas y muy inferior al incremento de costos que estamos experimentando los productores para sostener niveles de producción aceptables, en medio de un escenario extremadamente complejo en términos de disponibilidad de alimentos para el invierno.

No sólo por el incremento natural que experimentan los costos de producción en esta época del año (aproximadamente un 15%), sino por el aumento adicional que se está generando a raíz del déficit de forrajes conservados que ya se está generando, producto de la sequía de primavera-verano que se tradujo en menor disponibilidad de ensilajes y adelanto en su consumo para hacer frente a la menor oferta de las praderas.

Ni hablar de la inconsistencia entre la magnitud de este incremento en el precio de la leche pagado a productor y el largo periodo de bonanza en el mercado a nivel doméstico e internacional que hemos denunciado profusamente en los últimos meses y que esperamos dilucidar en algún momento en las instancias que corresponda.

Por ahora, ya tenemos al principal jugador con sus cartas sobre la mesa. Como suele ocurrir en este mercado caracterizado por la escasa competencia, en los próximos días seguramente veremos las cartas de los demás actores y que -de no mediar una sorpresa- no serán muy distintas a las que ha puesto en juego la compañía de capitales neozelandeses.

Si nos ajustamos a lo que ha sido el comportamiento tradicional, seguramente ninguno de los otros actores nos sorprenderá con señales de precio muy distintas a las del líder. Ya está claros que para Soprole no hay mucha motivación por promover la producción nacional, puesto que la estrategia de importar lácteos desde su matriz Frontera le permite mantener controlada su disponibilidad, sin necesidad de ajustar los precios de compra de su materia prima nacional.

El resto de las empresas no ha entrado en el mismo juego y como existe una fuerte presión por leche de parte de las queseras de menor tamaño -que se han ido consolidando lentamente en el mercado- es probable que se vean presionadas a mostrar mejores cartas para retener a sus proveedores. Por eso, la recomendación de siempre: "vitrina" para aprovechar los pocos espacios de negociación y así buscar la mejor alternativa para vender nuestra leche.