Los vecinos de Coñaripe se tomaron el consultorio de su localidad, cansados por la falta de médicos, la mala atención recibida, la inoperancia del sistema de ambulancias y una sensación generalizada de abandono, reflejada en las pancartas que desplegaron.
Convocadas por el despliegue mediático del hecho, las autoridades no tardaron en llegar, escuchar y prometer soluciones, que debieran materializarse en un corto plazo para mejorar la atención de las 4 mil personas que se encuentran en el espacio que el Cesfam (Centro de Salud Familiar) debe cubrir.
Ahora el tema tendrá una evolución institucional y probablemente se llegue a una solución. Pero las preguntas que quedan en el aire son ¿por qué los pobladores deben llegar a este extremo para ser tomados en cuenta; acaso nadie sabía la fecha en que la doctora general de zona saldría con prenatal y se necesitaría un reemplazo; es que nadie preguntó nunca a cuántos kilómetros del lugar vive el chofer de la ambulancia; es que no hubo investigaciones por los hechos relatados por los vecinos sobre mala atención y demora, a veces fatal, para los enfermos?
Llama la atención que se reaccione desde el gobierno con polémicas y recriminaciones mutuas recién ahora, cuando los hechos eran previsibles.
Por otra parte, la falta de médicos no es algo que solo afecte a esta comunidad. Existe un gran problema nacional con los especialistas y con la salud rural, que debe ser abordado con más celeridad y urgencia que lo visto hasta ahora. Las universidades y los líderes políticos tienen una responsabilidad al respecto, que no han asumido adecuadamente, la cual pasa por formación de nuevos profesionales con orientación hacia lo público; pero también por incentivo y condiciones adecuadas de trabajo.
Aquí claramente falta una mesa de trabajo regional que exhiba resultados a corto plazo; de lo contrario, todo indica que cuando se complete el Convenio de Programación con el ministerio de Salud, tendremos nuevos hospitales, consultorios y postas, pero no los suficientes médicos para atenderlos. En Coñaripe, en todo caso, ya no tienen tiempo para esperar más.