Poco más de mil valientes hinchas se atrevieron a llegar al estadio del Parque Municipal en un domingo típicamente valdiviano, con un temporal. No se arrepintieron, porque los locales despacharon sin problemas a Malleco Unido, por 3 a 0, en una inspirada tarde de Isidoro Sáez, autor de los tres goles.
Las medidas anunciadas para enfrentar la contaminación atmosférica de Valdivia han causado un gran impacto comunitario, porque apuntan a la restricción del uso de la leña, que es una costumbre básica y extendida, identificatoria de la forma de vivir de la mayoría de las familias de la región. Es decir, una decisión sanitaria se enfrenta a una tradición arraigada y ése no es un escenario fácil de abordar.
Como es lógico, hay voces en favor y otras en contra de la determinación. Las primeras aluden a razones de protección de la salud, pues se trata de frenar la principal fuente de emisión de material dañino para el aire y hacerlo rápidamente, sin esperar que se aplique un plan oficial de descontaminación, vinculado a la declaración de Valdivia como zona saturada, el cual podría estar listo recién en 2016.
Los detractores, por su parte, cuestionan la verticalidad de la determinación, su respaldo técnico y la eficacia que podría llegar a tener, considerando los resultados en otras ciudades. Además, creen que dañará a la clase media, pues los más pobres estarán exentos de regulación y quienes puedan cambiar calefactores o comprar leña certificada, también.
La discusión entre ambas visiones no se dio antes y la medida comenzará a regir desde el 1 de junio, cuando la medición de la calidad del aire indique riesgo.
Según lo anunciado por los seremis de Salud y de Medio Ambiente, es urgente aplicarla, para que el problema disminuya y, aunque asumen que se trata de una alternativa impopular, han solicitado la ayuda de la comunidad para ser parte de la solución de un problema serio, que podría empeorar si es que no se reacciona a tiempo. De hecho, el llamado a la conciencia ciudadana ha sido reiterado en los últimos años, pero claramente ha resultado insuficiente.
A la luz de lo anterior es tiempo de reflexionar sobre propuestas que se han anunciado, pero no avanzaron con la rapidez suficiente, como subsidios especiales para la producción y compra de leña seca certificada; estímulos para la instalación de secadores de leña comunitarios; incentivo a otro tipo de combustibles; mayor rapidez en el recambio de calefactores; ayuda para mejorar la aislación térmica de las viviendas. Todas esas tareas están pendientes.
Es sabido que las empresas del sector primario de la economía que hacen Investigación y Desarrollo [I+D] y logran innovar, mejoran su competitividad al salir de la explotación básica de los recursos naturales por el sólo hecho de agregar valor a través de la diferenciación y aplicación de tecnología. Cuando esta dinámica es internalizada y se vuelve una práctica empresarial, se genera un círculo virtuoso es pos de la innovación que naturalmente estimula la creación de nuevos emprendimientos. Así, agregamos al binomio anterior los conceptos de Innovación y Emprendimiento [I+D+i+e].
Lamentablemente, este 'mundo ideal' está lejos de ser realidad en nuestra región.
Muestra de ello es la aplicación de la Ley de Incentivo Tributario en Los Ríos el año pasado, donde sólo una entidad se acogió al beneficio, ubicándose en el lugar 128 de un total de 132 favorecidos. Este único ejemplo de 'empresa que hace I+D y se acoge al beneficio tributario', hace que la región represente un escuálido 0,032% del total nacional.
¿No es este indicador una vergüenza, considerando que estamos en un lugar privilegiado y reconocido por su talento, ciencia, naturaleza y que es base de operaciones de centros de estudios de nivel internacional?
Para quienes trabajamos en la industria de la innovación y el emprendimiento, esta nítida desconexión entre la empresa regional y la I+D+i+e resulta una oportunidad y motivación para catalizar esta vinculación.
Es así como nace OCEANO, primera plataforma de innovación abierta del Sur de Chile, que busca unir las necesidades tecnológicas de la pyme regional con desarrolladores (investigadores, académicos, consultores) que respondan a estos requerimientos. Es una iniciativa financiada por el FIC Regional, liderada por la UACh, a través de Austral Incuba y sus aliados estratégicos de La Nube Coworking y Los Ríos Innova.
El compromiso es revertir los bajos indicadores mencionados, generando la ansiada conexión entre las necesidades de las pymes y los proveedores de ciencia y tecnología. Sin duda, es una misión desafiante.