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De Rapa Nui a Valdivia: el viaje musical de Mahani Teave a ritmo de piano

perfil. La aclamada intérprete inició en la Uach una carrera, con vallas en el camino, pero que hoy es promesa cumplida.

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'Tu hija tiene talento'. A Helen Williams esa frase le cambió la vida cuando Roberto Bravo se la dijo en 1992 mientras visitaba Isla de Pascua. El pianista acababa de descubrir a Mahani Teave, una niña con un talento inigualable para la música (que comenzó su carrera cuando la violinista Erica Putney llegó a la isla con un piano) y no tardó en comunicarle la buena noticia a su mamá. 'Me di cuenta de que tenía gran facilidad para leer partituras y para seguir instrucciones. Tenía un talento que no podíamos desperdiciar, estaba tocando como si fuera una profesional', explica Bravo, el padrino artístico de la gran promesa cumplida del piano en Chile.

Convencida de que era lo mejor, Helen hizo las maletas y con sus hijas Mahani y Teamai dejó la isla para instalarse en Valdivia y comenzar desde cero. En el Conservatorio de Música de la Universidad Austral la pianista de nueve años seguiría estudiando con la profesora Ximena Cabello.

En aquellos años sobraba el entusiasmo y faltaba el dinero. Y Mahani lo supo desde el principio. Llegaron al sur de Chile un 25 de diciembre y las recibió Yolanda Andrade, secretaria del Coro de la Uach, quien por encargo de Roberto Bravo se ocupó de darles alojamiento en su propia casa. 'Venían con un cerro de maletas. Se trajeron todo lo que tenían en la isla. En mi casa había poco espacio, así que tuve que conseguirme colchonetas y habilitamos el comedor para que durmieran cómodas', explica Yolanda.

Una vez instaladas en Valdivia, Helen comenzó a buscar trabajo, mientras las hermanas Teave- Williams completaban la enseñanza básica en la Escuela España. Yolanda Andrade cuenta que al principio vivían con pocos recursos y sin comodidades. El pago del arriendo de la primera casa que tuvo la pequeña intérprete corrió por cuenta de Roberto Bravo. El pianista también le regaló su primer televisor y la sacó de gira por algunas ciudades cuando aún no cumplía 15 años.

Durante gran parte de la década de 1990, las tres mujeres venidas de Isla de Pascua se las arreglaron gracias a la ayuda de sus mecenas. Aunque Mahani y Teamai también aportaron. 'Siempre me acuerdo que las niñitas vendían barras de cereales a la salida del colegio. Juntaron harta plata y con eso le compraron un comedor a la mamá', dice Yolanda Andrade, que en aquella ocasión se sumó a la causa con un juego de loza.

Poco a poco la nueva vida comenzaba a funcionar y la incertidumbre desaparecía. Teamai Teave explica que se vinieron de la isla siguiendo el sueño de Mahani. 'Era impensado lo que pasaría más adelante, podía ser el capricho de una niña, y afortunadamente no lo fue', indica.

Y Mahani no defraudó. En 2011 terminó su carrera de interprete musical y se tituló a los 18 años de edad con los máximos honores que otorga el Conservatorio de Música Uach que actualmente dirige Wladimir Carrasco.

Cuatro años más tarde, la pianista partió a estudiar al Cleveland Institute of Music y una vez más debió enfrentarse a la falta de recursos. Obtuvo la beca Presidente de la República para asegurar el viaje, pero en Estados Unidos se las tuvo que arreglar como pudo. 'Fui mesera en un restorán, toqué en la iglesia y en matrimonios. También vendía aros y collares que me hacía mi mamá.', explica. En Cleveland estudió bajo la tutela del profesor Sergei Babayan y gracias a que trabajó como orientadora estudiantil, vivió dos años gratis en el internado del instituto. 'Aunque mi mamá me mandara todo su sueldo no me alcanzaba para vivir con lo mínimo, además no le podía pedir que hiciera eso ya que también le estaba pagando la universidad a mi hermana', agrega la pianista.

En su documental 'De regreso a Rapa Nui', el antropólogo Adrián Silva registró momentos significativos en la vida de la pianista y dice que fue en Cleveland donde ella logró madurar. 'Fue en esos años en que realmente descubrió su pasión por el piano. Cambió su relación con el instrumento y se volvió algo más personal, algo más íntimo', explica. El cineasta agrega: 'muchas personas creen que ella ha tenido una vida acomodada, con muchos lujos, pero no es así. Esos sacrificios le han ayudado a madurar mucho. Ahora tiene casi todo resuelto en su vida, ha superado sus conflictos y la veo como una persona más comprometida con lo que hace'.

De Estados Unidos la pianista pascuense se pasó a Alemania. Durante tres años estudió en la Academia de Música Hanns Eisler de Berlín y se ganó la aprobación de su profesor Flavio Vidi. En el documental 'De regreso a Rapa Nui', Vidi explica que la humildad y sencillez de la pianista son su principal obstáculo para lograr cosas mejores, aunque Teave sabe que la falta de dinero para financiar su carrera es el gran problema. Cuando estaba en el extranjero, alguna vez pensó en dedicarse al modelaje para cubrir sus gastos. 'Pero no tenía tiempo para sacarme fotos y andar visitando agencias. Habría perdido mucho tiempo, además casi nunca te pescan cuando haces ese tipo de cosas', explica. Fue entonces que al volver a Chile la contactaron de la marca de ropa Umbrale y se transformó en rostro de dos campañas.

La por entonces gerente de marketing Francisca Abbott aclara que Mahani Teave es una mujer que marca tendencia: 'Ella no es modelo, ni se comporta como tal. La elegimos por su belleza y por lo que significa su figura para la sociedad'.

Mahani participó en dos sesiones de fotografías usando ropa Umbrale y en ambas ocasiones sacó a relucir sus dotes de actriz autodidacta. Igual que cuando era niña y jugaba a actuar con su hermana.

'Es muy tímida y no disfruta mucho de la exposición. Sin embargo, disfruta actuar. El modelaje es algo similar a eso, un rol donde se convierte en modelo y puede jugar a ser de diferentes maneras. Es algo completamente distinto al solitario mundo del piano y lo ha sabido hacer bien', dice Teamai Teave.

Su rostro ya estaba en revistas y gigantografías en los paraderos de micro en Chile cuando la pianista regresó una vez más a Isla de Pascua. Viajó para participar del Tapati Rapa Nui, festividad donde fue nombrada Embajadora Cultural por las autoridades locales. Le entregaron un bastón de mando conocido como A'O, lo que en cierta forma fue un nuevo bautizo y reconocimiento a sus aportes. Por ello, no extrañó que la convocaran para tocar en el Teatro Municipal de Santiago en el concierto 'Voces de la tierra' para celebrar a los pueblos originarios. A principios de junio compartió escena con el tenor pehuenche Miguel Ángel Pellao, la cantante aymara Sandra Caqueo y la Orquesta Nueva Música, dirigida por Astrid Arredondo.

Mahani Teave ha tocado para los tres últimos presidentes de Chile, para el Congreso Nacional y en las embajadas chilenas en Alemania, Estados Unidos y España. Ha ofrecido recitales en Alemania, la Antártica, Argentina, Ecuador, España, Estados Unidos, Japón y México. Ha actuado como solista con las orquestas Sinfónica de Chile, de Concepción, de Cámara de Valdivia y Filarmónica de Temuco, además de las sinfónicas Juvenil de Santiago y del Cleveland Institute of Music.

Actualmente, encabeza su proyecto personal más ambicioso: una escuela de arte para niños. 'Quiero que sea un espacio para aprender pintura, música, escultura, donde los ancianos vayan a contar sus historias a los jóvenes, donde se pueda aprende la lengua Rapa Nui', dice. Es la forma en que la pianista está devolviendo la mando a la tierra donde nació.

La escuela de Música y de las Artes es el primer proyecto de la ONG Toki, que lidera Teave y es un beneficio para niños y jóvenes que acceden gratuitamente a clases de violoncello, piano, violín, ukelele y viola. El proyecto está en campaña constante para reunir fondos que permitan su continuidad.