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Setenta carabineros recibieron sus nuevos grados en Los Ríos

Más destacado. Ercito Fernández fue ascendido a suboficial mayor.

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En una ceremonia presidida por el general Leonidas Venegas Briceño, ascendieron a nuevos grados, setenta funcionarios de la Plana Mayor de la jefatura regional en Los Ríos, así como de la Primera Comisaria de Valdivia; y de los servicios dependientes de la Prefectura de Valdivia.

El acto se realizó en la Escuela de Formación, Grupo Valdivia y entre los ascendidos destacó el suboficial mayor Ercito Fernández Toro; quien alcanzó el máximo grado de su carrera de suboficial. Junto a él recibieron sus preseas y los suboficiales Sergio Álvarez Galloso, Nelson Torres Vera, Juan Ojeda Mella, Segundo Segovia Ojeda y Juan Yáñez Ojeda.

El comisario de la Primera Comisaria de Valdivia, mayor Enzo Funes Ciangarotti, fue el único orador de la ceremonia , felicitando a los uniformados y también a sus familiares, padres, esposas e hijos, destacando el compromiso adquirido y asociado a sus nuevas responsabilidades policiales.

En la ceremonia estuvieron el prefecto coronel Juan Pablo Boetto; y el director de la Escuela de Formación, mayor Richard Gutiérrez.

'Jesucristo entró en mi alma y dejé de ser un delincuente'

testimonio. Guillermo Cáceres, cumplió condena en la ex penitenciaria de Santiago, y ahora es un capellán evangélico de Gendarmería de Chile.

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El testimonio de Guillermo Cáceres, estremeció el alma de los 101 internos del Complejo Penitenciario de Llancahue que reciben apoyo espiritual de la Asociación de Protección y Ayuda al Condenado (APAC).

Cáceres es un ex reo de la Penitenciaría de Santiago, pero hoy se desempeña como capellán de Gendarmería, gracias a su conversión a la fe evangélica metodista, que cambió su vida para siempre.

'Aún recuerdo cuando estaba en una celda, cumpliendo condenas por robar y asaltar a la gente, sin hallar nada bueno en este mundo , hasta que en un día llegó a mi vida, Jesucristo. Sentí su presencia en mi corazón y entonces todo cambió en mí. Al punto, que aún dentro de una de las tantas cárceles a las que me trasladaban, por ser un interno malo, llegué a salir a la calle, acompañando al alcaide, sin intentar escapar, porque él, también comenzó a creer en mí. Y cuando regresaba, los demás reos no lo podían creer. Me gritaban que era un gil. Sin embargo, ahí estaba a mi lado la presencia de Jesucristo y yo quería cambiar', contó a los internos locales.

El pastor y capellán de Gendarmería viaja hoy dando sus testimonios, acompañado por varios de 'mis hermanos a los que conocí tras las rejas, entre celdas compartidas. Pero, un día también ellos descubrieron al Señor y lo siguieron'.

El grupo lo componen exinternos, hoy trabajadores especializados, comerciantes, empresarios y algunos estudiantes universitarios, que con el apoyo de Gendarmería, se unieron para dar testimonios de fe y resinserción social . Con ese afán llegaron a Valdivia esta semana.

Cáceres explicó que ellos mismos costean sus viajes, para predicar y dar ejemplo de que 'cuando se quiere, se puede cambiar y que aceptar a Jesús en el corazón es el primer paso para ese cambio'.

Su labor va en aumento, porque creen que pueden ayudar a otros a volver al camino recto. 'Yo estuve preso en la cárcel y en mi interior, pero ahora soy libre, gracias a Jesucristo; ese es mi testimonio', enfatiza Cáceres.