Hace exactamente diez años, el director del Museo de Sitio de Niebla Ricardo Mendoza, puso un candado en el portón de acceso a la batería el recinto y prohibió el paso del público. Fue una determinación drástica, tomada con valentía, para evitar que esos vestigios del poderío bélico español siguieran deteriorándose. Su imagen parado frente a la puerta impactó y de inmediato de activaron distintas voces para conseguir fondos y desarrollar proyectos de refacción, que aún no se concretan.
Más de 2 mil 500 millones de pesos era el costo en junio de 2004 para arreglar la gran muralla que soporta el espacio de los cañones y, a pesar de todos los anuncios oficiales, las promesas de campaña y los trámites burocráticos, nada se hizo. Luego el terremoto de 2010 empeoró el panorama. Finalmente, una década después, el problema continúa.
Afortunadamente, en el mismo período de han desarrollado otros proyectos interesantes en el mismo lugar, mucho más vistosos como acción ante la comunidad que una pared que mira al mar y, quizás, priorizados políticamente también por lo mismo. Como sea, ahí está el remozado museo al interior de la casa central del fuerte, con materiales didácticos atractivos y valiosos; también ahora ese desarrolla, con préstamos del Banco Interamericano de Desarrollo (Bid) una gran remodelación, que incluye toda el área interior y exterior, para permitir una visión más completa y un resguardo adecuado de la construcción que data del siglo XVII y que fue declarada Monumento Nacional en 1950.
Pero el arreglo de las baterías no es el único tema pendiente con el fuerte de Niebla y con todo el sistema de defensa de Valdivia construida por orden directa del virrey del Perú, después de la incursión holandesa. También ha quedado en el olvido la solicitud de Chile para declarar al sistema como Patrimonio de la Humanidad, trámite que permitiría al menos, preocupación especial, como sucede con las iglesias de Chiloé y el casco histórico de Valparaíso.
La solicitud en este sentido fue ingresada a la Unesco de la Organización de Naciones Unidas en 1998 y todavía no se tiene respuestas al respecto. Ahí también hay un trabajo político que realizar.