No recuerdo quién dijo que hay tres tipos de personas: 'el que es lo que él cree que es; el que cree lo que los demás creen que es y finalmente, el que realmente es'. Algo similar es lo ocurre cuando hablamos de 'poder', en el cual sus expectativas dependerán del uso que haga la persona que lo ostente, sean ellos empresarios, políticos o quien sea. Obviamente analizar lo que es el poder, es un ejercicio interesante, toda vez que no es lo mismo el poder de las organizaciones o empresas y el que se ejerce dentro de ellas, respecto al poder político, y en ese sentido no me quiero tentar a examinarlo, sino que analizar exclusivamente el poder que corresponde a aquellos que ejercen el liderazgo en las organizaciones y empresas, respecto al cual dependen muchísimas personas.
Sin duda alguna, el acceso al poder suele cambiar a las personas por esa hambre que produce la capacidad de tomar decisiones, y pasar por encima de las opiniones y consideraciones de los demás, decisiones que muchas veces terminan afectando la armonía de los equipos de trabajo como consecuencia de formas poco ortodoxas de ejercer un liderazgo mal entendido, un ejercicio del poder que se quedó en la jerarquía y el mando. El ostentar el poder es algo valioso no sólo por las remuneraciones en torno a él, sino por la capacidad que se tiene de influir o figurar, por lo tanto siempre existirá hambre en torno él. Hay muchos que están a la espera y aspiran puestos de poder, generando confrontaciones, disputas y controversias que muchas veces van más allá de choques de ideas o líneas de opinión, transformándose en algunos casos en niveles de agresividad y discusión sin motivos, conflictos que en el peor de los casos, terminan quemando y excluyendo a personas, o malogrando proyectos que trascienden a los intereses personales, destruyendo el bien común con tal de privilegiar sus propias ambiciones. Lamentablemente si ostentas algo de poder, siempre tendrás rondando a algunos dispuestos a destruirte, a algunos incluso dispuestos a quemar tu reino con tal de convertirse en reyes de las cenizas.
Siempre se requiere una decisión final, y ese es el riesgo del poder, pues en su ejercicio debemos minimizar y evitar los conflictos que se generen, porque el éxito de nuestra organización no es más que el éxito de personas orgullosas por proyectos compartidos y orgullosas de sus equipos de trabajo…