El tiempo pasabajo los puentes
Extraño e incómodo resulta para la ciudadanía que siga pasando el tiempo y no se vuelva a hablar de la situación de los puentes que unen el centro de Valdivia con Isla Teja y el sector costero, incluyendo los planes para las nuevas obras que se requieren para satisfacer la demanda de transporte en uno de los sectores de más rápida expansión regional.
Cuesta entender lo que ocurre, porque la congestión vehicular en el puente Pedro de Valdivia ya no se limita a a un par de momentos diarios, cuando la comunidad debe trasladarse hacia y desde su lugar de residencia y el trabajo o centro de estudios, sino que ya se ha hecho habitual que los problemas se produzcan en diversos horarios. Y estamos hablando de épocas normales, porque cuando llegan esas ocasiones especiales que se hacen especialmente sensibles con la llegada del verano, las dificultades para el traslado se multiplican.
Un punto aparte merece la situación del historiado puente Cau Cau, que a pesar de las múltiples dificultades que han ido apareciendo a medida que avanza su construcción ya anuncia su puesta en marcha, lo que aparte de significar la entrega de una obra por mucho tiempo esperada y que va a satisfacer una necesidad estratégica para el futuro de Valdivia, si no cuenta con una apropiada red de accesos va a ser escenario de otros problemas derivados de la exigencia de contar con rutas hacia todos los puntos de la ciudad.
Por eso se hace urgente pensar en las alternativas para el Pedro de Valdivia, que presenta los problemas propios de una obra realizada hace 60 años, partiendo por la estrechez, que se justificaba en las necesidades de su época, pero que ahora además muestra daño en su calzada, lo que de manera permanente obliga a realizar trabajos de mantención de corta vida, porque no tardan en reaparecer las grietas y las señales de que hace falta una solución más radical.
Es bueno que los valdivianos permanezcan informados acerca de lo que se piensa hacer frente a una situación que afecta a tanta gente.