Para hoy se encuentra programada una reunión entre la comisión de Comercio del Concejo Municipal de Valdivia y los representantes de los dueños de minimercados de la comuna. Así lo adelantó el lunes en Radio Digital (89.5 FM) el concejal Francisco Eguiluz y explicó que el tema a tratar será la nueva ordenanza municipal, que regula el horario de venta de alcoholes en estos recintos comerciales.
El tema ha causado polémica en los últimos días porque la norma disminuye desde las 3 AM a la 1 AM la hora tope para el expendio de bebidas alcohólicas durante los feriados y fines de semana; lo cual fue interpretado como una orden para cerrar los locales a esa hora. Así visto, los comerciantes señalaron que se trataba de una arbitrariedad que los perjudicaba en sus negocios, considerando que las botillerías sí pueden continuar hasta más tarde y que esos horarios de madrugada son los únicos en los cuales los negocios de barrio pueden competir contra los supermercados, que funcionan hasta las 22 horas.
También se levantaron voces porque se trataría de una medida inconsulta con los locatarios, aunque los ediles señalan que la tomaron atendiendo reclamos de las juntas de vecinos, por los desórdenes asociados al consumo de licor en las poblaciones.
El tema necesita, sin dudas, un análisis más profundo; pero no sólo desde la perspectiva comercial, sino desde el espíritu que anima a las autoridades a asumir medidas restrictivas, frente a las cifras que ubican a Valdivia entre las ciudades con mayor consumo de bebidas alcohólicas del país, especialmente entre los jóvenes. Y ahí, nadie puede desconocer que tenemos un problema serio, frente al cual es preciso hacer algo.
La determinación del Concejo puede ser dura con los comerciantes; sin embargo, por otra parte obliga a volver la mirada hacia abuso de esta droga socialmente aceptada en nuestra comunidad. Además, mueve a preguntarse sobre la efectividad real de los planes de prevención implementados en los últimos años y que, a la luz de las cifras, no han arrojado los resultados esperados.
Hablar -y actuar- sobre el riesgo de alcoholismo entre jóvenes valdivianos es urgente. Esta polémica nos ha recordado esa tarea pendiente.