Argentina eleva tono contra el juez Griesa y busca aliados en un clima incertidumbre
Deuda. El Gobierno rechazó los 'desafortunados' dichos del magistrado.
El Gobierno argentino elevó ayer el tono de sus críticas contra el juez estadounidense que falló a favor de los fondos que demandan el pago de la deuda en mora desde 2001, mientras busca aliados para defender el pago local a los bonistas en un clima de incertidumbre que ha acelerado la depreciación del peso.
Las 'desafortunadas expresiones' del juez Thomas Griesa constituyen una 'injerencia indebida de un juez de otro país respecto a la soberanía argentina' y merecen un 'repudio de carácter colectivo por parte del Congreso', sostuvo ayer el jefe de Gabinete argentino, Jorge Capitanich. 'Nosotros esperamos, obviamente, que de un modo absolutamente consensual entre todos los actores políticos y los miembros del Congreso se expresen respecto a esta desafortunada, incorrecta y hasta imperial expresión del juez Griesa', subrayó.
El funcionario respondía así a las declaraciones del juez, que este jueves calificó de 'inválido e ilegal' el proyecto del Ejecutivo de Cristina Fernández de llevar al Congreso una iniciativa para permitir el pago de la deuda externa en Argentina y no en Estados Unidos.
En sintonía con el argumento que ha venido repitiendo el equipo de Cristina Fernández, el jefe de ministros insistió en que el Congreso argentino 'tiene las atribuciones para el arreglo de la deuda interior y exterior'. Para el Ministerio de Economía, que comanda Axel Kicillof, el juez neoyorquino pretende 'imponer condiciones al Congreso' y considera que se trata de 'un nuevo exceso de jurisdicción y desconocimiento de la soberanía'.