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Veredas altas y edificios sin rampas dificultan paso a personas discapacitadas

deficiencias. 'Rebajes' entre aceras y calzadas, ausencia de rampas en edificios de uso público, escaleras y calles en mal estado son las principales dificultades para el normal paso de personas en sillas de ruedas.

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Juan Carlos Hernández G.

Si el ejercicio de transitar por algunas calles de Valdivia se transforma en una pequeña odisea para evitar caídas, torceduras de tobillos, esguinces tropezones y caídas por rebajes (unión en desnivel entre calzada y acera), la situación se complica en extremo para quienes se movilizan en sillas de ruedas.

Un rápido recorrido por el centro de la ciudad junto al ex presidente de la asociación de discapacitados Víctor Soto, deja en evidencia una serie de carencias e incluso transgresiones a la Ley N° 20.422, la cual entró en vigencia el 10 de febrero de 2010 y establece Normas sobre Igualdad de Oportunidades e Inclusión Social de las Personas con Discapacidad.

Su objetivo es asegurar el derecho a la igualdad de oportunidades de las personas con discapacidad, con el fin de obtener su plena inclusión social, asegurando el disfrute de sus derechos y la eliminación de cualquier forma de discriminación fundada en su discapacidad.

Y es precisamente el tema de la accesibilidad universal respecto al entorno físico la que se dificulta a cada instante, desde las imperfecciones en las calles hasta la falta o inexistencia de accesos adecuados en edificios públicos.

Tampoco la costanera de Valdivia tiene muelles habilitados para el uso de personas con discapacidad física.

La fiscalización corresponde a las direcciones de obras municipales o también, los afectados pueden denunciar los incumplimientos a través de los juzgados de policía local.

Donde diariamente se presenta el incumplimiento de la ley es en calles y aceras. Los 'rebajes' de los pasos peatonales, escasamente cumplen con la norma. La mayoría de ellos tiene una diferencia de 2 y hasta cinco centímetros, con una caída en ángulo recto que dificulta el tránsito en silla de ruedas.

'Estos accesos son sumamente malos. Fueron mal hechos y nadie se preocupa. Si no tenemos la ayuda de otras personas, no podemos avanzar', asegura Víctor Soto, al tiempo que manifiesta que el solo hecho de ser ayudados para subir a la vereda también les resta autonomía.

La situación se repite en la Plaza de la República, en Arauco con Pérez Rosales, en Arauco con Camilo Henríquez, frente al casino.

Lorena Sepúlveda, trabajadora social y profesional de apoyo del Servicio Nacional de Discapacidad (Senadis) asegura que los 'rebajes' son uno de los mayores problemas para el tránsito de personas en sillas de ruedas, con algún otro tipo de discapacidad, para adultos mayores e incluso para madres que se desplazan con el coche para sus guaguas. 'Una silla de ruedas se puede dar vuelta, sino tiene sus ruedas traseras bien infladas', agrega y Víctor Soto coincide con ella al señalar que en varias oportunidades ha sufrido caídas y lesiones.

Sepúlveda agrega que 'los trabajos en las calles no han sido pensados en las personas diferentes. Quizás solo cumplan con la normativa, pero no son eficientes. En Valdivia tenemos muchos rebajes mal hechos, rampas con inclinaciones superiores a los 8 grados, donde la persona en silla de ruedas necesitará ayuda', asegura. Y agrega que 'lo que discapacita, muchas veces no es el déficit que presente la persona, sino que las barreras con las cuales se encuentra y que no le permiten acceder o participar en igualdad de condiciones con otros'.

Víctor Soto maneja una silla de ruedas eléctrica y señala que para él es más conveniente transitar por la calle, ya que en veredas con mucho flujo peatonal, hay personas que no tienen respeto alguno hacia el discapacitado. Lo comprobamos: en el paso peatonal de Arauco con Pérez Rosales, Víctor no puede frenar de inmediato y una dama que camina de frente hacia él, impacta con la silla. 'Tenga cuidado', lo reprende la transeúnte, sin detenerse.

Para Lorena Sepúlveda, lo ideal es que las personas en sillas de ruedas transiten por las veredas, pero ellos prefieren la calle, como asegura Soto. Por la vereda, en cada esquina requieren la ayuda de algún voluntario para superar los 'rebajes'.

En tanto, desde la Dirección de Obras Municipales, su director subrogante Gastón Hidalgo asegura que 'por ley, exigimos que dejen los rebajes para sillas de ruedas y lo mismo en las entradas a edificios. Cuando autorizamos la construcción de un edificio, tiene que tener acceso para minusválidos, pero cuando se trata de problemas ya existentes, debería ser la Dirección de Obras o Serviu quien controle. También puede controlar un inspector del Departamento de Inspección de Calles, pero ¿a quién notifica: a la municipalidad o al Serviu? Mejor es tratar de arreglar los problemas'.

Hidalgo agrega que 'hemos exigido el cumplimiento de la normativa, pero no hemos recibido instrucciones para controlar. Puede que falte conocimiento sobre la ley'.

Según la Ley N° 20.422, las edificaciones existentes a la fecha de su entrada en vigencia (febrero de 2010) y que sean de uso público o presten un servicio a la comunidad, 'deberán realizar las adecuaciones de accesibilidad dentro de un plazo máximo de la publicación en el Diario Oficial del reglamento que dicte el Ministerio de Vivienda y Urbanismo (nueve meses a contar del 10 de febrero de 2010). Por lo tanto, los edificios de la administración pública y de entidades que presten servicios básicos y de utilidad pública, entre otros, han tenido tres años para implementar accesos para personas con discapacidad. ¿Han cumplido?

En el edificio del Servicio de Salud de Valdivia, el seremi Guillermo Ramírez, reconoce que 'ese acceso no existe. El discapacitado no puede entrar por la puerta trasera a un servicio público. Eso no es posible, es discriminación, lo tenemos claro y lo vamos a arreglar. Hay un proyecto estancado de hace muchos años, pero ya conversamos con el director del Servicio de Salud y lo haremos con recursos propios, en enero próximo y como corresponde: un acceso por el frente del edificio', es su compromiso.

El ex dirigente Víctor Soto recuerda que el acceso a la municipalidad de Valdivia también presenta dificultades: 'La entrada hacia la puerta principal tiene un rebaje, pero está mal hecho y hay que entrar por atrás, pero ¿por qué por atrás?'.

El director de obras municipales (s) Gastón Hidalgo asegura que 'el acceso de discapacitados a la municipalidad es por calle Independencia'.

Donde también hay deficiencias para el acceso -según Víctor Soto- es en la Catedral: la rampa es estrecha e inclinada. La situación contrasta con el acceso al edificio de la Intendencia Regional. 'Es el mejor acceso que existe en un edificio público', reconoce Soto.

En el Banco del Estado también hay un buen acceso. El usuario ingresa por la puerta que da paso a los cajeros automáticos y de ahí hacia las cajas y puntos de atención.

En Correos y el Conservador de Bienes Raíces hay rampas especiales.

'La accesibilidad universal respecto a construcciones y arquitectura en países más desarrollados es para que todas las personas, presenten o no una discapacidad, tengan acceso a los espacios, sin problemas y que no se les presente una barrera a la hora de hacer un trámite, que no sientan que están siendo bloqueados o marginados, excluidos o discriminados', reitera Lorena Sepúlveda, del Senadis.

En este sentido, la toma de conciencia, el control y la aplicación de la ley, van de la mano.