Juan Carlos Hernández G.
Un habitante de la región de Los Ríos intenta autoeliminarse por día, de acuerdo al informe emitido por la Mesa de Vigilancia Suicida y que recoge antecedentes originados en los centros de salud.
Los datos son producto de un estudio inédito a nivel nacional y fueron conocidos en el contexto de la conmemoración del Día Internacional de la Salud Mental el pasado 10 de octubre (en Los Ríos se hará el día 14).
La psicóloga Loreto Guzmán Berkhoff, integrante de los programas sanitarios del Departamento de Salud Pública de la Seremi de Salud de Los Ríos, señaló que el estudio arroja que durante los primeros nueve meses del año se han registrado 269 intentos de suicidio, 186 de ellos protagonizados por mujeres y 83 corresponden a hombres. Pero, son estos últimos quienes lo consuman en mayor medida.
En el primer trimestre de 2014 (enero-marzo) se produjeron 68 intentos, hubo 90 entre abril-junio y 111 en el tercer trimestre (julio-septiembre).
Respecto a los rangos de edad, la mayor cantidad de intentos se registra entre los 15-19 años (65 de un total de 269).
Otras cifras señalan que el mayor número de intentos se produce en los hogares de los afectados y que la metodología mayormente utilizada es la intoxicación farmacológica.
También, el estudio regional muestra que los días en que ocurre la mayor cantidad de intentos suicidas son los lunes y jueves y que en julio hubo un aumento de casos.
Los datos, que son una réplica de lo que también ocurre a nivel nacional y mundial, hacen que el suicidio se transforme en un problema de salud pública, pero de alguna manera evitable, en la medida que se conozcan sus causas y se desarrollen programas preventivos. Guzmán agrega que la depresión y los intentos suicidas tienen una estrecha correlación y que en la región se registran más muertes por suicidio que por accidentes de tránsito o riñas, por ejemplo.
'Del 100% de personas que intenta un suicidio, el 90% arrastra una depresión, la gran mayoría no diagnosticada. El 10% restante tiene que ver con otras patologías mentales asociadas, como esquizofrenia y bipolaridad', agrega.
Además -explica- existe otro problema relacionado: por cada intento efectivamente producido y conocido, hay entre 6 y 10 personas que imitan la acción.
Loreto Guzmán asegura que los motivos para intentar el suicidio son de orden multifactorial: crisis familiares, antecedentes de enfermedades mentales y suicidios en las familias, drogadicción, rupturas sentimentales, alcoholismo, deserción escolar, pérdida de seres queridos, conflictos con amigos, problemas legales, financieros y laborales.
En este sentido, en el trabajo preventivo la psicóloga plantea una serie de 'tips' para descubrir cuándo una persona presenta depresión: si durante dos semanas, empieza a modificar su comportamiento, en términos de cambios de apetito (exceso o inapetencia absoluta); si tiene trastornos del sueño ( le cuesta quedarse dormida, duerme mucho durante el día, en la noche despierta y no puede volver a dormir) o si se muestra emocionalmente inestable (muy irritable o extremadamente sensible, desconectado del mundo, desmotivado, sin expresiones de emocionalidad).
Esta misma situación, en los niños y adolescentes se manifiesta como irritabilidad, falta de energía (anhedonia) e inapetencia.
EL TRABAJO
A nivel país, desde el Ministerio de Salud y en consideración a la situación epidemiológica del suicidio adolescente (15-19 años), la Estrategia Nacional de Salud 2011-2020 establece entre sus objetivos sanitarios medidas que permitan disminuir la tendencia exponencial que registra este grupo etario.
Para la década señalada, la meta es bajar en un 15% la tasa proyectada: de 12 por cada 100 mil a 10,2 por cada 100 mil habitantes.
En este sentido es que aparecen dos estrategias iniciales: el trabajo intersectorial a través de la Mesa de Vigilancia Suicida y la ficha de notificación de intentos suicidas y de vigilancia, que se debe implementar en los servicios de la red asistencial y en la atención primaria de salud.
Es aquí donde el trabajo del programa de prevención que se realiza en la región de Los Ríos se transforma en una iniciativa piloto a nivel nacional.
La psicóloga Loreto Guzmán explica que la mesa es encabezada por profesionales de la Secretaría Regional Ministerial de Salud e integrada además por el Servicio de Salud, el equipo de la Alianza Chilena contra la Depresión, la Universidad Austral, la Unidad de Psiquiatría del Hospital Base, el Departamento de Salud Municipal y el Servicio de Urgencia del Hospital Base.
Este grupo trabaja desde el año pasado en la elaboración de una ficha que permita tener un perfil y hacer un seguimiento de los intentos, para establecer algunos patrones comunes, como grupos de edad, época del año, días, horas e incluso incidencia de la pertenencia social o cultural.
La profesional agrega que la mesa funciona teniendo como base la elaboración de las fichas de notificación, las cuales en un principio registran las edades, género, meses del año, día, lugar de ocurrencia, establecimiento de salud notificador del intento y metodología utilizada. Ya para el próximo año esperan implementar una ficha con más antecedentes de la persona, a través de visitas domiciliarias que permitan obtener mayor información.
En el desarrollo del programa surgieron otras iniciativas: la necesidad de capacitar al personal de salud.
Aquí -explica Loreto Guzmán- es urgente la capacitación del personal de los servicios de urgencia de la región, ya que existen estudios locales que muestran falta de preparación de profesionales y no profesionales, a la hora de recibir a un 'intentador' de suicidio, 'desconociendo su abordaje y la manera adecuada para acogerlo, lo cual aumenta al tratarse de un adolescente, ya sea por prejuicios o falta de herramientas'.
De hecho, el pasado 25 y 26 de septiembre, con la asistencia de 60 participantes, en Valdivia se realizó un seminario de capacitación para médicos, enfermeras, psicólogos y terapeutas ocupacionales, quienes son los profesionales de primera respuesta ante un intento suicida.
Para el 16 y 17 de octubre está programada otra jornada de capacitación, pero esta vez dirigida a técnicos en enfermería, paramédicos y auxiliares de servicios.
El tercer componente preventivo dentro del programa es la formación de gatekeepers o facilitadores comunitarios, luego de la firma de un convenio con la Universidad Austral y el equipo de trabajo del doctor Tomas Baader. Estos facilitadores son personas que tienen una relación directa con los adolescentes (educadores, bomberos, carabineros, detectives, trabajadores farmacéuticos) y a las cuales se entregarán herramientas que les permitan pesquisar a personas que presentan depresiones.
'También, es importante destacar que nos hemos reunido en diversas ocasiones con comunidades indígenas de nuestra región, en conjunto con el equipo de la Universidad Austral, para realizar trawunes (diálogos) en materias de salud mental y específicamente para abordar el suicidio, su sensibilización y prevención, desde una mirada intercultural', agrega Loreto Guzmán.
Junto a todo este esfuerzo en la prevención del problema y como señala la psicóloga, 'es fundamental el apoyo de las redes (familia, pares) que tenga una persona a la hora de pesquisar una depresión, porque son ellos quienes mejor la conocen'.