Cadena perpetua arriesga hombre que mató a comerciante
Panguipulli. El Tribunal Oral en lo Penal declaró culpable a Luis Catricura.
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Una de las preocupaciones de la Fundación Tierra de Esperanza es el uso de internet y de las redes sociales para cometer explotación sexual infantil. El sexting, por ejemplo, es el uso de imágenes eróticas explícitas que son subidas a internet por niños y adolescentes y que luego son manipuladas por adultos en las redes sociales. Mientras que el grooming es el uso de internet para establecer una relación de amistad con un menor de edad y obtener de él imágenes eróticas o un encuentro sexual.
integración. Tierra de Esperanza comenzó a desarrollar un programa especial
En mayo de este año la Fundación Tierra de Esperanza comenzó a desarrollar en la región un programa destinado a brindar ayuda psicológica -e incluso jurídica- a niños y adolescentes que son víctimas de explotación sexual. Los profesionales a cargo llevan cinco meses en la zona y ya han detectado 15 casos. Sin embargo Ricardo Suazo, psicólogo y coordinador técnico nacional de la Fundación, asegura que existe una 'cifra negra' y que 'en delitos sexuales la cantidad de personas afectadas tiende a ser nueve o diez veces mayor de la que se ve'.
Los casos de la región de Los Ríos están repartidos en diferentes comunas. Se trata de jóvenes y niños que, lejos del estereotipo, viven con sus familias -con padres o abuelos-, van al colegio regularmente y no todos tienen problemas con las drogas. Es por esto que Suazo explica que hay que comenzar a visibilizar el problema: 'Es una temática invisible, que ocultan los adultos que lo ejercen porque saben que es un delito y que también es escondido por los jóvenes, porque sienten vergüenza y culpa'.
Para Suazo, es fundamental diferenciar la explotación sexual comercial de otros delitos como el abuso sexual y la prostitución. La explotación sexual ocurre cuando un adulto utiliza el cuerpo de un niño para obtener un beneficio sexual o económico basándose en una relación de poder. Por ejemplo, la trata de niños, la pornografía infantil, el turismo sexual, el sexting y el grooming, tipos de explotación que se realiza a través de internet (ver recuadro).
'Se diferencia del abuso sexual porque existe una promesa de retribución económica, la que es utilizada para persuadir y chantajear. Además, quien explota sexualmente busca hacer creer al niño que esta situación lo beneficia. La diferencia con la prostitución es que se trata de menores de 18 años, quienes no cuentan con la madurez de decidir sobre su vida sexual', dice.
A lo largo de Chile, la Fundación trabaja con 200 niños y adolescentes que son explotados sexualmente. Sin embargo, en el país existirían unos 3 mil niños viviendo esta situación. La edad promedio de las víctimas es de 14 años, pero se han registrado casos de niños explotados ya desde los 7 años. El 92 por ciento de ellos son mujeres y el 7 por ciento, hombres. El 92 por ciento vive en zonas urbanas; el 49,6 por ciento vive junto a su madre y el 15 por ciento con ambos padres.
Existen algunas señales que pueden indicar que un niño está siendo explotado sexualmente. Por ejemplo, que comience a faltar al colegio durante algunos períodos y luego regrese con artículos costosos -tecnología o ropa de marca- que no esté en sintonía con la situación económica de su familia o no provenga de otro tipo de delitos.
Ricardo Suazo también indica que 'aquellos menores que tienen una forma de hablar o relacionarse con los adultos que no es común en su edad pueden ser víctimas de este delito. También aquellos que tienen demasiada información sobre sexualidad y prevención del embarazo siendo muy niños'.
La explotación sexual comercial genera diversos daños en el niño o adolescente que lo sufre: afecta gravemente su integridad; deteriora su desarrollo físico, psicológico y sexual; genera una grave pérdida del autoestima y provoca una visión negativa y hostil hacia el mundo.
El proyecto que Tierra de Esperanza desarrolla en Valdivia se llama Rukalaf, es financiado por el Sename y dirigido por la trabajadora social Lorena Bachmann.
Los niños y adolescentes son atendidos por una psicóloga, una psicoeducadora y una asistente social. 'Muchas veces son chicos que se resisten a la intervención o que vienen con una historia de instituciones bastante amplia. Nosotros buscamos realizar un trabajo reparatorio a nivel psicológico y también con las familias, para disminuir contextos de riesgo', dice.
El proyecto también trabaja en coordinación con el Ministerio Público, la Brigada de Delitos Sexuales y los Tribunales de Familia.
La especialista recomienda, en el caso de sospechas de explotación sexual, que la gente denuncie y se comunique con el Sename al teléfono 800 730 800; con Rukalaf en el fono 63 2 227720 o con Carabineros al número de emergencia 133.