Cuando hace unas semanas nos reunimos con el Gobernador de la Provincia del Ranco, nuestra intención como interlocutores de los principales gremios de la región, Codeproval, Saval y Aproval, fue manifestar nuestra real preocupación por las ocupaciones ilegales de terrenos por parte de algunos sectores indígenas.
Sin embargo, hemos visto cómo continúa repitiéndose este circulo vicioso, en que si bien Carabineros detiene a comuneros por infringir la Ley, los tribunales de justicia adoptan medidas irrisorias, otorgando la libertad automática, manteniendo un estado de miedo e inseguridad para los agricultores de la zona de Lumaco, en la comuna de Río Bueno.
Es momento de ponernos serios. Ya no basta con estar preocupados y atentos, tal como señalan nuestra autoridades regionales, sino que es hora de terminar con este estado de inseguridad, donde incluso se han realizado amenazas de muerte a personas que nada tienen que ver con este problema. Hemos tenido la oportunidad de conocer de primera fuente la seguidilla de incidentes que han afectado a estas familias de agricultores, y no es distinto a lo que por años ha sucedido en la Araucanía, donde lamentablemente la estrategia de adquirir tierras a las comunidades mapuches no ha generado una solución al conflicto.
Hay que mencionar además, el enorme perjuicio económico que están sufriendo agricultores por no poder trabajar sus tierras de forma normal. Aclaro que si bien existen fundos donde han existido ocupaciones ilegales, de todas formas se han generado mermas en el desarrollo agropecuario por la inseguridad existente.
Queda claro que las autoridades políticas regionales no cuentan con suficientes instrumentos legales que les permitan enfrentar de manera efectiva y mucho menos resolver el conflicto mapuche. Esperamos que las autoridades políticas a nivel nacional tomen carta en el asunto y den soluciones de corto plazo, como por ejemplo ampliar las labores de inteligencia y respuesta inmediata de las fuerzas de orden.
Sin embargo, el Estado está en deuda con una estrategia de largo plazo que vaya a la raíz del problema, con el diagnóstico y propuestas realmente posibles, que sean ampliamente consensuadas por toda la sociedad chilena. Esperamos que el mundo político trabaje en soluciones legislativas que generen soluciones justas, apartadas de fines ideológicos de distinta naturaleza. Por lo mismo, es momento de que la Justicia y nuestras autoridades se preocupen por la gente de nuestra región. Estamos llegando a niveles preocupantes de violencia, donde incluso una comisaría de Carabineros fue atacada y los agresores quedaron libres.