Algo más sobre educación
Las naciones avalan su rol en el mundo en función del grado de educación que entregan a sus habitantes. Está comprobado que existe una relación directa entre los años de educación de una persona y el nivel económico de ingreso, el que repercute directamente con la calidad de vida.
Mejorar la educación es una tarea que requiere del compromiso de todos los sectores de la sociedad. Como Iglesia 'valoramos todo cuanto ayude a mejorar la calidad de la enseñanza, y a hacer posible el acceso de todos a una educación digna (…) De manera especial, invitamos a reflexionar a los padres de familia, a los educadores, a las instituciones educativas, al Gobierno y a quienes tienen la gran responsabilidad de legislar en esta materia. Se trata de buscar en bien de los educandos, de sus familias y de la sociedad entera, pues de una buena educación depende la realización de las personas y el progreso de la sociedad', decíamos los obispos en el año 2007 ('Renovemos la esperanza en el alma de Chile').
Hay temas en educación que son irrenunciables para la Iglesia y en el debate actual lo hemos manifestado de muchas maneras: 'el derecho a una educación de calidad y con equidad para todos, especialmente para los más pobres. Una educación centrada en la persona con sus dimensiones religiosa, moral, intelectual, social. Una educación que apoya y refuerza el derecho prioritario de los padres de familia a elegir la educación de sus hijos. Una educación que, al margen de toda uniformidad, respete y favorezca tanto la libertad de acceso y de ofrecimiento del servicio educativo, de acuerdo a sus propios proyectos educacionales que aseguran una sociedad democrática y plural. Una educación que estimule la construcción de un país más justo y solidario' (Ibid). Una vez más debemos repetir, la Iglesia no está en contra de la reforma educacional en sí misma. Creemos que en Chile es necesaria una reforma, pero profunda, dejando de lado las demagogias y populismos que lo único que logran es enturbiar lo fundamental. La calidad no se logra, por ejemplo, quitando la selección y el co-pago, ellos pueden ser medios para un fin que aún no se visualiza con claridad y en la tormenta del debate más se obscurece.