Secciones

Lucha contra la diabetes requiere de prevención y cambio de hábitos

realidad. Uno de cada 10 chilenos padece la enfermedad, cifra que se replica en la región de Los Ríos. Especialistas recomiendan vida sana, actividad física y una dieta balanceada que ayude a mantener un peso saludable.

E-mail Compartir

Uno de cada 10 habitantes de Los Ríos sufre diabetes, según la Encuesta Nacional de Salud 2009-2010, la cual tipifica en un 9,4% la prevalencia de esta enfermedad en la población regional, al igual como ocurre con el promedio-país.

Este porcentaje local se traduce en que a junio de 2014 había 17.542 pacientes que estaban en control por esta patología en el Programa de Salud Cardiovascular, en el Servicio de Salud de Valdivia. De ellos, 6.755 presentan niveles de compensación óptimos.

Sin embargo, esta cifra es mayor, ya que se debe incluir a quienes padecen diabetes y se atienden en el sistema privado de salud (instituciones de salud previsional).

Los datos cobran relevancia con la conmemoración hoy del Día Mundial de la Diabetes, instituido en 1991 por la Organización Mundial de la Salud y la Federación Internacional de la Diabetes.

En Chile, la diabetes es parte del listado de Problemas de Salud y Garantías Explícitas en Salud a que se refiere la ley N° 19.966. Aquí, hay que distinguir entre las tipo 1 y 2.

La Diabetes Mellitus tipo 1 se caracteriza por la destrucción de las células beta pancreáticas y se refleja en un déficit absoluto de insulina y dependencia vital a la insulina exógena. A su vez, la Diabetes Mellitus tipo 2 se caracteriza por resistencia insulínica, que habitualmente se acompaña de un déficit relativo de insulina.

ESPECIALISTA

El doctor Sergio Merino, endocrinólogo del Instituto de Medicina de la Universidad Austral, asume que la diabetes es un problema de salud pública y que la prevención es de carácter vital. Como también lo es que la sociedad tome conciencia que es necesario modificar los hábitos de vida en cuanto a la actividad física y el sedentarismo que llevan a la obesidad.

El profesional explicó que la diabetes es una enfermedad que se caracteriza por la alta cantidad de azúcar en la sangre y alteraciones metabólicas que produce daños en los órganos 'blancos' del cuerpo humano, que son el corazón, riñones, el cerebro 'y que finalmente complican la calidad de sobrevida del paciente, hasta llegar a la muerte en el caso de las situaciones no controladas o mal controladas'.

El doctor Merino dijo que el alza de azúcar se produce por múltiples causas: en el caso de la diabetes tipo 1, principalmente por un déficit de producción de insulina, que es la hormona que ayuda a mantener la glicemia normal en la sangre. En el caso de la tipo 2, se produce por resistencia a la acción de la insulina. 'En este caso, el paciente pasa primero por un periodo de hiperinsulinismo, lo que a la larga termina haciendo que el páncreas falle, porque está trabajando sobre exigido'.

Según el profesional, la diabetes es un tema de salud pública que la sociedad debe internalizar, porque en el caso específico de la tipo 2, se relaciona directamente con la calidad de vida y los hábitos de vida.

'Un diabético no controlado empeora su calidad de vida porque empieza a perder la visión, la sensibilidad, se producen deformidades y heridas en los pies, transformándose en un paciente diabético crónico complicado y además se produce un problema renal que termina llevándolo a la insuficiencia renal y la consecuente hemodiálisis, que significa estar conectado a una máquina tres veces a la semana, por cuatro horas, lo que empobrece la calidad de vida y disminuye la sobrevida del paciente. Son pacientes que mueren prematuramente o que quedan inhabilitados para realizar muchos trabajos, por lo que también se pierden años de vida de trabajo y de sobrevida', agregó.

También explicó que la diabetes se relaciona directamente con nuestros hábitos de vida, donde existe una alta presencia de sedentarismo y obesidad.

La situación se incrementó en una década: del 4.5% de prevalencia de la diabetes tipo 2 en 1991 se pasó al 9.4% de 2010. 'Esto significa que hay una cantidad enorme de pacientes que no cumplirán las metas de control y se complicarán: son los que llegarán a diálisis, tendrán problemas de visión, infartos, insuficiencia cardiaca y que darán postrados por amputaciones, insuficiencias renales, insuficiencias cardiacas, accidentes vasculares cerebrales o que no podrán movilizarse, que tendrán compromisos de retina o ceguera', aseguró el doctor Merino.

El profesional de la Universidad Austral recomendó la prevención a través de la mantención de un peso físico adecuado y la realización de actividad física continua. 'Hay que evitar la obesidad y el consumo de hidratos de carbono de absorción rápida (sándwichs, papas fritas, gaseosas azucaradas, golosinas en general) que llevan al aumento de peso y éste a su vez lleva a una insulino-resistencia'.

Luego en el caso de la diabetes diagnosticada, la base del tratamiento será el cambio de los hábitos de vida. 'No es necesario prohibirle todo tipo de alimentos al paciente, como se hacía antes, sino que enseñarle a dosificar. Tiene que ajustar sus horas para comer y eso sumado al ejercicio físico aeróbico son dos modificaciones que ayudarán al tratamiento. También, en el caso de los pacientes de diabetes tipo 2, están los fármacos que ayudan a mejorar la sensibibilidad del organismo a la insulina, por lo que normaliza los valores de la glicemia'.

ACOMPAÑAMIENTO

En tanto, en el Policlínico de Endocrinología del Hospital Base de Valdivia realizan actividades de apoyo a los usuarios con diabetes diagnosticada, para mejorar sus condiciones de vida y de autocuidado. Desde el departamento de comunicaciones del Hospital Base informaron que esta labor es innovadora, en cuanto a la continuidad y apoyo colectivo al usuario.

El policlínico es dirigido por la doctora María Aburto y el referente técnico para la diabetes es el doctor Bernardo López. A su vez, la doctora Ema Goldsack lidera el Programa de Diabetes Tipo I en niños y adolescentes y desarrolla actividades de apoyo a los menores, junto a los doctores Sergio Merino y Ricardo Silva, además de la enfermera Magdalena Barría y la nutricionista Loreto Quintuprai.

Este equipo realiza la labor de apoyo, ampliando el seguimiento y acompañamiento educativo respecto de la diabetes, así como la experiencia de la enfermedad como patología que por su connotación social amerita un tratamiento integral.

En este contexto, la enfermera Magdalena Barría lidera el acompañamiento a los jóvenes y adultos, con un trabajo educativo basado en las experiencias colectivas y que se traduce en encuentros semanales con los pacientes, quienes han podido incorporarse al tratamiento y autocuidado principalmente a partir del refuerzo de pares, para conocer las características de la diabetes y sus consecuencias.