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El desafío de habitar el patrimonio

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Vivir en una ciudad es harto más que estar en ella. Implica conocerla, interactuar con sus características, adaptarse a su realidad, afectarla con el actuar cotidiano de cada persona, heredar su historia colectiva y, en la mayoría de los casos, amarla y sentirla como propia. Por eso la gente dice "soy valdiviano, lanquino, corraleño, unionino", dando a esas palabras un significado biográfico. Incluso más, algunos usan el gentilicio de su barrio porque el arraigo es aún mayor, como sucede con animeños y colicanos, sin ir más lejos.

Cada lugar deja su huella en la comunidad y también es marcado por ella. Así se construye el espacio urbano se teje el patrimonio, con vínculos más allá de lo tangible.

Reflexionar al respecto fue la invitación que hizo durante dos días el Consejo de la Cultura de Los Ríos a través del seminario "Habitando el patrimonio: territorio, ciudadanía, identidad", en cual participaron expositores de primer nivel (Rosario Carvajal, Patricio Herman, Laura Rodríguez), junto a representantes locales que trabajan por el desarrollo armónico, la protección de la riqueza cultural y natural de la región.

En el encuentro se habló de los lazos entre los lugares y las personas, además del desequilibrio que se gesta cuando el desarrollo económico y urbano los amenaza: barrio Yungay de Santiago, Mall muelle Barón en Valparaíso, relleno de humedales en Valdivia para pavimentar o construir casas.

El primer día hubo exposiciones y ayer un conversatorio, donde los invitados hicieron propuestas para preservar su entorno y mejorarlo. Esas ideas serán sistematizadas, para luego orientar el trabajo de las autoridades en materia de ciudadanía y cultura.

Sin duda se trató de una iniciativa positiva, que se inscribe en la misma línea de otras (como Activa Valdivia) que invitan a pensar las ciudades y a tomar decisiones para que ellas sean un mejor lugar para vivir.

Es importante, sin embargo, que estas deliberaciones sean compartidas y que las instituciones que las convocan pasen de la recopilación de opiniones a las propuestas y a la acción en ámbitos como el ordenamiento del tránsito, la recuperación de fachadas, el retiro de cables y otras materias pendientes.

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Ministro Siebert inaugura nuevo puente Llollelhue

El ministro de Obras Públicas brigadier general Bruno Siebert inaugurará hoy el nuevo puente Llollelhue, cuya construcción demoró un poco más de un año en la ciudad de La Unión. Este viaducto reemplazará al antiguo puente en la calle Comercio, que sirvió por más de 60 años. La inversión alcanzó 43 millones, con fondos internacionales.

En Hua Hum recordaron 10 años del tratado de paz

Autoridades chilenas y argentinas se reunieron en el hito fronterizo de Hua Hum para celebrar los diez años de la firma del tratado de Paz logrado entre ambos países. La actividad formó parte del programa del XVIII Encuentro de Límites desarrollado en San Martín de Los Andes y en el cual participan autoridades de la provincia de Valdivia.

Invitan a volar en el 68°

El Club Aéreo de Valdivia celebró 68 años de existencia con la realización de actividades de camaradería y solidaridad. Organizaron un campeonato interno de aterrizaje, además de invitar a los niños del Hogar Luterano a realizar vuelos sobre la ciudad de Valdivia. El presidente de la entidad Pedro Fried señaló que el club tiene 48 socios.

aniversario de Club Aéreo

Reducción semana laboral ¿una utopía?

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Hace un tiempo, desde ámbitos académicos, empresariales y de organizaciones internacionales del trabajo (OIT) se viene planteando la idea de reducir la jornada de trabajo semanal a cuatro días, con el propósito de aumentar la productividad y crear nuevos puestos de trabajo en las organizaciones empresariales como no empresariales. Si consideramos dos datos con respecto a nuestro país : el primero de ellos señala que ocupamos el tercer lugar dentro de los países que conforman la OCDE con más horas trabajadas con un promedio de 2029 promedio anuales, versus Holanda con 1381 horas anuales. Lo paradójico, es que no ocupamos ni siquiera los primeros lugares en productividad dentro de estas economías. El segundo dato, indica que según estudios recientes nuestro país el 30% de las licencias médicas por patologías de carácter físico o mental, unido al ausentismo laboral es producto de los altos niveles de stress a los cuales están sometidos los trabajadores y trabajadoras chilenos (Ministerio de Salud).

Los argumentos que se están esgrimiendo son los beneficios en variadas dimensiones, las más referenciadas son que a mejor calidad de vida mayor productividad, pues varios indican que no existe una relación directa entre más horas de trabajo y una mayor productividad, se asocia más a niveles de descanso adecuado y acciones relacionales de convivencia. También habría reducción de enfermedades laborales: está comprobado que excesivas horas de trabajo en los trabajadores provocan patologías de carácter mental y físico. Además, contribuiría a la disminución de los efectos del cambio climático, con menos emisiones de carbono y ahorro de energía.

Por otro lado, habría creación de nuevos puestos de trabajo: Los expertos sostienen que cambiando el paradigma de las políticas de personal en tiempos de crisis en vez de desvincular personas las jornadas pueden juntarse en cuatro días a la semana y así sostener los puestos de trabajo y se contribuye al bienestar, concepto que se está asociando cada vez más a tener personas laborando felices.

La reducción de las horas semanales es una realidad que está ocurriendo hoy en el mundo, pruebas al canto es la realidad de los países de la Unión Europea donde en la mayoría de ellos ya cuentan con jornadas de 40 horas semanales es decir, están trabajando 260 horas menos que Chile.

Francisco Mena Director Ingeniería Comercial USS