Una vivencia que la espantó mucho

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Margarita Vallejos hurga entre sus recuerdos y extrae uno que la dejó pasmada: "Un día estaba yo en la posta y llegó un médico de San José que hacía la ronda. Me dijo: 'Usted me va a acompañar a hacer una autopsia al cementerio'. Yo le tenía horror a los muertos. Fuimos al camposanto; era una exhumación de un cadáver que llevaba sepultado unos seis meses, putrefacto. El doctor me dijo: 'Tome con la pinza la piel de la nariz'. Lo hice y salió toda la carne de la cara, quedando la pura calavera. ¡Qué susto más grande!".