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Anuncian nuevas inversiones para educación pública

en el ranco. En la Escuela Jorge Alessandri Rodríguez de La Unión fue presentado el plan "Pinto mi Escuela 2015".
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En la Escuela Jorge Alessandri Rodríguez de La Unión se llevó a cabo el lanzamiento de la iniciativa "Pinto mi Escuela 2015", la cual se enmarca en la agenda de fortalecimiento de la educación pública del Mineduc.

La actividad fue encabezada por la seremi de Educación, Erna Guerra, y en la oportunidad los estudiantes del establecimiento presentaron diversos números artísticos.

La autoridad señaló al respecto que "gracias a la Agenda de Fortalecimiento de Educación Pública que impulsamos en el gobierno, estamos haciendo un gran esfuerzo con miras a la mejora integral de los establecimientos educacionales".

"Es así como el Presupuesto Nacional en Educación tiene contemplado para la educación pública más de 280 mil millones de pesos para 2015, lo que integra el hermoseamiento de escuelas y liceos, apoyo pedagógico y fondos para participación de la comunidad educativa, entre otras iniciativas", aghegó.

En esa línea la seremi destacó que el plan "Pinto mi Escuela 2015" en la región considera una inversión cercana a los 994 millones de pesos, de los cuales 200 millones de pesos fueron asignados a la provincia del Ranco, lo que permitirá la limpieza y pintado total de nueve recintos educativos.

"Queremos recuperar el sitial de la educación pública, porque queremos que ésta sea el segundo hogar de nuestras niñas y niños, donde tengan los espacios adecuados para que puedan desarrollarse de forma integral en todas las áreas. Queremos que aprendan, pero también que puedan desarrollar talentos artísticos, deportivos, y científicos; que jueguen y compartan en la gran familia de la nueva educación pública", dijo Erna Guerra.

Balneario de Río Bueno será entregado en unos días y proyectan piscina

proyecto. El municipio informó que la obra sería recepcionada el 20 de diciembre. La inversión fue de 80 millones de pesos.
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Los trabajos de mejoramiento que se ejecutan en el balneario municipal Odilón Ríos Adriazola, de Río Bueno, serán entregados durante la próxima semana según información confirmada desde el municipio.

Precisamente esta semana el alcalde de Río Bueno, Luis Reyes, junto al director de la Secplan, Wilson Monzón, visitaron las obras que se realizan en el balneario, proyecto que además contempla la construcción de un botadero para embarcaciones menores.

En esa línea, Reyes informó que a fines de diciembre se finalizarán las obras en el balneario y señaló que "es muy grato ver como está quedando este proyecto, el que sin duda será muy bien recibido por la comunidad y ayudará a potenciar aún más a nuestra comuna como un destino turístico en la región".

Los trabajos incluyen la construcción de estructuras tipo muelle que se ubicarán en todo el borde del balneario, así como también mejoras en las instalaciones sanitarias y camarines, y la reposición de todo el mobiliario urbano.

La inversión alcanzó los 80 millones de pesos, financiados a través del Fondo Regional de Inversión Local (Fril).

A esto se suman los 40 millones de pesos utilizados en la construcción del botadero de lanchas, también financiados con fondos Fril.

Las obras de mejoramiento en el recinto municipal serán entregadas específicamente el 20 de diciembre, mientras que el proyecto será abierto a la comunidad de forma oficial a mediados de enero, en el marco de las actividades del "Verano en Río Bueno 2015".

PISCINA

Durante su visita al balneario de Río Bueno, el alcalde anunció además que comenzarán a realizar las gestiones para la construcción de una piscina municipal en el mismo borde costero, proyecto que será elaborado durante el próximo año.

Respecto a esto la autoridad expresó que "para nuestra administración es fundamental darle vida al borde costero de nuestro río, por lo que estamos iniciando las gestiones para conseguir recursos que nos permitan construir una piscina municipal, la que se ubicaría a un costado del balneario. Lo anterior haría mucho más atractivo ese sector para todos los riobueninos y turistas".

En tanto, el director de la Secplan, Wilson Monzón, enfatizó que una vez culminadas las obras del balneario y del botadero de lanchas, se comenzará a trabajar en el proyecto para una futura construcción de una piscina municipal. La idea es posteriormente postularlo a los fondos que el gobierno dispone para las regiones.

Unión Comunal de Lago Ranco realizó taller para fortalecer a dirigentes

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Consolidar las capacidades dirigenciales, tanto en el ámbito del desarrollo personal, asociativo y sociocultural de los líderes sociales de Lago Ranco, fue el principal objetivo del taller "Jornadas para Organizaciones Sociales", ejecutado por la Unión Comunal de Juntas de Vecinos de la comuna.

La iniciativa de fortalecimiento, que benefició directamente a 50 dirigentes sociales, fue financiada con un millón y medio de pesos provenientes del Fondo de Iniciativa Local (Fil) del ministerio Secretaría General de Gobierno.

Con los recursos disponibles, la organización costeó los tres talleres que tuvo la capacitación, además del servicio de alimentación y transporte de los participantes, artículos de oficina para afiches, diplomas, invitaciones, anillados, y el servicio de amplificación y locución para las jornadas.

Según explicó el presidente de la unión comunal, Ismael Ovando, esta capacitación "era lo que necesitábamos para fortalecer la labor dirigencial de nuestros asociados".

"Ahora ellos podrán replicar lo aprendido con los demás vecinos de sus sectores, aplicando la metodología de trabajo que han aprendido y utilizando el material necesario para una mejor integración de la comunidad", agregó.

SEREMI

El seremi de Gobierno, Marco Leal, afirmó que "cuando nuestra sociedad civil organizada está integrada y potenciada entre sí, la democracia de nuestro país se fortalece, y eso es lo que nuestro gobierno quiere para Chile y sus habitantes, dirigentes sociales empoderados en su rol, con voz fuerte y clara en relación a sus demandas. De esta forma el tejido social se fortalece, y con ello el bienestar de nuestros ciudadanos".

El seremi de Gobierno, Marco Leal, detalló que los módulos impartidos en las jornadas de capacitación fueron participación ciudadana, rol del dirigente social, fondos concursables, análisis y aplicación de la Ley 20.500, secretariado, y administración y finanzas para organizaciones. Además, la autoridad precisó que la exposición de todos estos temas estuvieron a cargo de funcionarios de la División de Organización Sociales (Dos) y del Gobierno Regional.

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"Sentir que le dábamos en el gusto al público valdiviano era una satisfacción"

reconocimiento. Fue la encargada de elegir el vestuario, los perfumes y la bisutería de la tradicional tienda desaparecida en 2012. Este año fue elegida como una de las 100 Mujeres Líderes por El Mercurio .
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Ileana Bittner estaba nerviosa. Por eso le pidió a su marido, José Taboada, y a sus hijas, María Virginia y María Ileana, que la acompañaran hasta avenida Santa María 5542 en Vitacura -la dirección del diario El Mercurio en Santiago- para recibir un premio. Días antes la llamaron para darle la noticia: El Mercurio y Mujeres Empresarias la habían elegido como una de las 100 Mujeres Líderes de 2014, premio que es entregado cada año. Para Ileana fue una llamada sorprendente.

Confirmó que iría a la ceremonia. Sin embargo, mientras cortaba el teléfono se preguntaba "¿Por qué pensaron en mí? Si siempre he sido muy quitada de bulla". Esas dudas duraron poco tiempo: "Multitiendas Taboada fue mi vida. Fueron 30 años trabajando en el retail, los que no fueron pocos años". Esa tenía que ser la respuesta. Una de sus nietas, la periodista Pía Cuevas, fue la más entusiasta con la noticia y la animó a asistir.

La ceremonia fue realizada la tarde del martes 25 de noviembre. En los jardines de El Mercurio vio a muchas mujeres que conocía por fotos. Entre ellas estaba la ministra del Trabajo, Javiera Blanco; la presidenta del Senado, Isabel Allende, y la presidenta de la Cut, Bárbara Figueroa. Durante la ceremonia se sentó junto a la empresaria Iris Fontbona, viuda de Andrónico Luksic.

Pero quien más llamó su atención fue la boxeadora Carolina Rodríguez, la "Crespita". "Conversé con ella y me contaba todo lo que había tenido que esforzarse para que la apreciaran en lo que hace. Ella es muy dije. Es muy chiquitita y menudita, uno se pregunta cómo ella puede boxear", contó.

Para Ileana Bittner toda la ceremonia -que duró tres horas y media- fue emocionante. "Ver que gente tan importante se haya dedicado a destacar el rol de la mujer en la sociedad chilena fue emocionante. Estábamos sentadas en primera fila, en un auditorio que lleno, donde habían unas 600 personas. Me sentí emocionada, me cayeron mis goterones también", recordó.

Su historia

Ileana pasó su niñez en Puerto Varas, junto a sus padres Waldemar Bittner y Amalia Emhart. Eran agricultores, por lo que en sus recuerdos el campo, la lechería y la elaboración de la crema, además del aserradero de su padre -lugar que tenía prohibido, pero que le fascinaba explorar- están siempre presentes. Años más tarde la familia se trasladó a Valdivia. Ileana estudió en el Colegio Inmaculada Concepción porque su familia quería que tuviera una formación católica, ya que muchos de sus parientes eran sacerdotes o monjas.

"La fe estaba muy enraizada. Gracias a ella he logrado superar muchas cosas", dijo. Como el colegio solo tenía enseñanza básica, finalizó sus humanidades en el Liceo de Niñas. A los 16 años conoció al empresario José Taboada y a los 18 se casó. Con los años, además de formar una familia, comenzó a trabajar en Multitiendas Taboada. Y trabajó ahí hasta 2012, cuando un incendio destruyó por completo el edificio de más de mil metros cuadrados, ubicado en calle O'Higgins.

-¿Cuáles eran sus actividades dentro de la empresa?

-Era la organizadora de los departamentos de Damas y Niños. También me encargaba de Perfumería y Bisutería. Viajaba a Santiago cuatro veces al año y estaba una semana allá. En febrero, por ejemplo, escogía los artículos para la temporada otoño-invierno. Hacía un recorrido por todas las empresas y visitaba marcas como Italmod o Privilege. Además, compraba la mayor parte de la ropa fina en Nueva York, especialmente la ropa de fiesta y de invierno. Ahí compraba el 40 por ciento de la venta de confecciones. Pasaba una semana en Nueva York, que es el centro de la moda. Para comprar los artículos de Navidad, iba a Panamá. Eran viajes agotadores, de muchas actividades.

-Entonces debía estar muy informada sobre moda y tendencias.

-Sí, pero el gusto es innato. Uno nace con él. Además, tres veces al año viajaba a Europa. Iba de paseo, pero aprovechaba de conocer lo que vendría para el año siguiente. Tenía una idea perfecta de las nuevas tendencias. No sé si tuve buen gusto o no. Creo que era bueno, porque la gente esperaba las nuevas colecciones, me preguntaban cuándo llegarían.

-¿Qué sentía al ver a la gente usando la ropa que usted elegía?

-Sentir que uno le daba en el gusto al público valdiviano era una satisfacción muy grande. Era bonito que la gente me felicitara, que me dijera '¡Qué rico que trajo esto!'. A veces me hacían encargos. Había clientas que me decían que no podían tener un abrigo negro porque no tenían dónde comprar tallas grandes. Yo me preocupé por traer esas tallas, de la 46 a la 52. Trataba que sintieran que podían usar ropa bonita, que tuvieran lo que querían.

-Además de los viajes ¿Pasaba mucho tiempo en la tienda?

-Tenía mis oficinas en lo alto y las ventanas daban a la plaza. Trabajaba con tres ingenieros comerciales y dos secretarias. Estaba todo el día en la empresa, salía de mi oficina a mirar la tienda, a cambiar percheros, a ubicarlos para que se vieran bien o que no interfirieran el paso. Eran detalles importantes. Yo era muy exigente, porque no soportaba ver a los trabajadores perdiendo el tiempo. Era muy importante la imagen de la tienda. Tal vez la gente pudo haber dicho que yo era pesada, pero estábamos para atender, para ayudar, para trabajar.

-¿Cómo compatibilizaba la vida de la tienda con la vida familiar?

- Tuve seis hijos, los primeros muy seguidos, pero mis hijos son muy buenos. Llegó un momento en que podía ser incompatible. Cuando los seis niños estaban en el colegio en la mañana había que ir a dejarlos y a la una ir a buscarlos. Entre medio trabajaba. Estoy satisfecha de haber hecho esa labor de mamá.

-¿Cómo recuerda el día del incendio de la tienda?

- En la vida he tenido dos momentos muy tristes. Como mamá, haber perdido a mi hijo Jorge Antonio cuando él tenía 25 años. Eso fue devastador. Y como empresaria, el día del incendio de la tienda. Estábamos en Nueva York con José haciendo las compras. Cuando llegamos a Chile y mis hijas nos fueron a buscar al aeropuerto y lo primero que dijeron fue 'Mamá, no queda nada'.

-¿Cuál fue la sensación que tuvieron en ese momento?

-Llorar. Fue muy emocionante, pero me sentí aliviada al saber que a pesar del gran desastre no hubo víctimas. Que mi hijo José Miguel hizo un tremendo esfuerzo para que nadie saliera lastimado, porque todo fue muy rápido. Cuando llegamos ya estaba todo consumido. Hacía poco tiempo que se habían unido todas las tiendas en una grande, lo que había sido nuestro deseo durante mucho tiempo. Estaba muy bonita, pero terminó.

-¿Cómo fue para su marido ese momento?

-Antes del incendio él tuvo un cáncer y yo creo que con lo que ocurrió se agudizó un poco. Ahora él está bien, pero todo esto fue muy duro para él. Fue difícil asumirlo.

-¿Algún día la tienda volverá?

-Después del incendio nos reunimos como familia para tomar una decisión. Se resolvió no seguir con el retail. La familia decidió hacer un proyecto inmobiliario, pero no tengo muchos antecedentes porque me desligué un poco. Después del incendio mucha gente me ha parado por la calle para decirme "ahora no tengo dónde comprar". Esas palabras las he escuchado mucho.

-¿Qué cree que fue lo mejor de haber tenido esta empresa en Valdivia?

-Era una empresa local que creció con el favor del público y verla crecer fue muy hermoso. Para nosotros fue un doble compromiso, porque nadie es profeta en su tierra. Para nosotros haber levantado algo que era de aquí fue gratificante. Vimos con mucha pena cómo este incendio le cambió la vida a mucha gente, porque para quienes trabajaban en la tienda esa era su casa.

-¿Ha seguido en contacto con quienes trabajaban con usted?

-Me sigo viendo con algunas supervisoras, vamos a tomar cafecitos. Las veo trabajando en Falabella, en Ripley hay muchas. A veces voy a comprar algo y han llorado cuando me han visto. Me han dicho: 'No puedo dejar de llorar cuando la veo, al recordar lo bien que lo pasábamos allá".