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Cómo vacacionar estando al cuidado de un adulto mayor

ausencia. La orientadora familia Celia Barrientos da una serie de consejos para disfrutar sin remordimientos.
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Se acerca la época de verano con sol, playa y diversión. Esto pareciera ser la proyección de todos, pero disfrutar de unas vacaciones de verano complica la dinámica familiar de aquellos grupos que tienen a su cargo un adulto mayor, especialmente cuando éste es dependiente o se encuentra postrado, puesto que se produce un tiempo de alejamiento más extenso de lo normal entre él y su familia.

Esta separación momentánea genera en el adulto mayor un sentimiento de soledad y de abandono, a pesar de que pueda quedar al cuidado de alguien de confianza. Sin embargo, estas familias necesitan un tiempo de descanso, un relevo, y para ello es necesario preparar a nuestros adultos mayores para que estén tranquilos y contenidos mientras dure el período de vacaciones de sus seres queridos.

Esta preparación debe contar a lo menos con 5 ejes de contención, que menciono a continuación:

1. Comunicación: referida a generar seguridad a nuestro adulto mayor, que tenga claro que su familia estará presente a través de llamados telefónicos para él y para sus cuidadores. Esto es importante, ya que así se sentirá querido y considerado. La comunicación es fundamental para este proceso, incluso cuando nuestro adulto mayor sufra de Alzheimer o demencia senil, donde cuesta más la comprensión de nuestra información por parte de nuestro ser querido. Esta comunicación debe basarse en el amor, con un lenguaje tierno y sencillo, lo que proporcionará tranquilidad a ambas partes.

2. Informar. A las personas mayores que requieran cuidadores, se les debe comunicar con antelación que quedarán al cuidado de otro, que probablemente sea un cercano o una persona especializada en cuidados de adultos mayores.

3. Selección del cuidador: se sugiere que el adulto mayor que pueda hacerlo, participe de la selección de la persona que cuidara de él, en el período de ausencia de su familia. Esto como una forma de evitar un sentimiento de abandono o despreocupación en el adulto mayor, lo que eventualmente puede provocar un cuadro depresivo.

4. Organización familiar: lo ideal es que el período de vacaciones sea programado, para ver y organizar todos los pormenores que involucra estar lejos.

5. Medicamentos: es necesario que estén programados para todo el período de ausencia de la familia, con indicaciones claras de administración, almacenados en un lugar apto y accesible si el adulto mayor puede movilizarse y es capaz de ingerirlos de manera correcta; si no es así, el cuidador debe tener claro los horarios y dosis de éstos.

Es importante que la familia no tenga sentimientos de culpa cuando toma sus vacaciones. Este período debe ser tomado por la familia como un descanso, un renuevo de fuerzas para continuar con el cuidado durante el año; si nuestro adulto mayor es autovalente, tenemos más posibilidades, podemos hacerlo parte de nuestras vacaciones o podemos ayudarlo a organizarse mientras nosotros las tomamos.

Lo importante es que nuestro adulto mayor, tenga claro que la familia salió, pero que está presente y preocupada de él, mientras dure el período vacacional.