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Definiendo nuestra identidad

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Gonzalo Aranda

Según la región donde estemos situados, es indiscutible que los chilenos vivimos realidades y entornos diferentes. Costumbres, naturaleza, cultura, sociedad, pensamientos políticos, religiones, oficios, calidad de vida... Todo influye y define la identidad y personalidad del que habita un territorio. Cada región del país tiene en lo cotidiano sus propias tradiciones, artesanía, comidas típicas, música, bailes y hasta la forma de vivir de manera distinta. Pero, a pesar de las múltiples diferencias culturales y sociales, hay algo que nos une a todos... Frente a un desafío desarrollamos emprendimiento y creatividad. ¿Cómo se reconoce y valora? Esta cualidad, ¿cómo la definen y potencian? ¿Se reconocen evoluciones según la región o es siempre la misma?

Para poder responder todas estas preguntas, primero hay que distinguir un concepto clave: identidad. El Diccionario de la Real Academia Española la define como un "conjunto de rasgos propios de un individuo o de una colectividad que los caracterizan frente a los demás". Esta denominación de identidad es un proceso que se va creando, desarrollando lentamente a través de los años y las experiencias vividas, siempre en un entorno que marca y define a un habitante, dotándolo de una característica única, la cual está fuertemente determinada por la ubicación geográfica del territorio, su historia y habitantes.

En la región de Los Ríos conocer nuestra propia identidad y origen a partir de la artesanía, es una condición necesaria para vivir en un mundo que requiere diferenciarse y buscar constantemente lo único, distinto, lo originario; conceptos que incorporan valor a un producto, servicio o la personalidad de sus habitantes. Como diseñadores podemos hacerlo, por nuestro conocimiento del contexto social, acceso a las fuentes específicas, dominio de los códigos visuales y culturales que nos entrega la capacidad de poner en valor las ideas para crecer junto a sus habitantes.

Altos de Punucapa: apuesta de Rodrigo Contreras en medio de la naturaleza

CONSTANCIA. Partieron sin conocer el rubro, se endeudaron. Sin embargo, tras los primeros eventos se hizo pública la calidad de su servicio, que mantiene hasta hoy.
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Los comentarios estampados por aquéllos que han disfrutado del servicio recibido en el Centro de Eventos Altos de Punucapa son elogiosos: "Queríamos agradecerles por todo lo del matrimonio. El cóctel estuvo riquísimo y la comida también, además que todos quedaron encantados", escribieron dos usuarios que se identificaron como Rodrigo y Paula.

También, Carlos y Vivi anotaron: "Muchísimas gracias por hacer que este momento tan importante de nuestras vidas sea excelente... Gracias a ti y toda la gente que trabaja en Altos de Punucapa: rica comida, buena música; pero por sobre todo, el maravilloso recurso humano que compone su centro de eventos".

Como ellos, otras personas testimoniaron a través del buzón de mensajes que posee la página web de dicho recinto (www.altosdepunucapa.cl), la gran calidad del servicio ofrecido por el centro de eventos, cuyo propietario es Rodrigo Alexis Contreras Hernández. Técnico de nivel superior en Electricidad Industrial (Inacap Concepción), este emprendedor valdiviano está casado con Pilar Rivas Burgos y son padres de Alejandra y Cristián Contreras Rivas.

¿Cómo surge la idea de crear el centro de eventos?

-Yo partí en Valdivia con varios negocios chicos: primeramente centros de fotocopiado y después un casino chico, en la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Austral. Gracias a este último, me empecé a relacionar con el ámbito de la comida, tomando en cuenta cómo se preparan los productos, cómo se presentan. Sin embargo, ninguna de esas iniciativas me satisfacía. Buscaba algo más. Un empresario siempre busca cosas nuevas, más que el solo hecho de ganar plata.

Hace unos seis años, salimos de vacaciones con mi señora a Pucón. Arrendamos una cabaña que tenía piscina. Y mirando el recinto, dijimos: "¿Y por qué no hacemos esto?".

¿De qué forma se materializó esta idea estival?

-Planteé la idea a un amigo que es dibujante técnico; le gustó, hicimos unos bosquejos y con eso hicimos un par de consultas. A una amiga que trabajaba en turismo le dije: "Tengo este proyecto. ¿Qué te parece?", a lo que me contestó: "Me encantó". Le conté que estaba lejos de Valdivia, pero me dijo: "No importa. Te va a ir bien". Pedí una segunda opinión y me dijeron lo mismo. "Ya, me tiro", decidí en ese instante.

Hicimos el anteproyecto, que constaba de cuatro cabañas, una piscina, un quincho, estacionamientos y el centro de eventos. Sin embargo, no teníamos las lucas.

¿Dónde obtuvieron el financiamiento?

-Como tenía varios negocios, lo primero que hice fue ir al BancoEstado. Me pidieron mis movimientos y les dije: "Con 30 millones de pesos creo que puedo hacer algo". Me pasaron 20 millones y yo juraba que con eso iba a hacer maravillas.

No me diga que aparecieron los contratiempos.

-Sí, porque luego de contratar a los maestros, nos dimos cuenta que los 20 millones se fueron en una pasada... No alcanzaron para nada. Empezamos a endeudarnos en otras partes, pedimos dineros a mis padres, a mis suegros. Hasta vendimos nuestro Station Wagon. Sin embargo, todo se fue dando y nunca quedaron los maestros parados. Finalmente, después de un año de labores, partimos el 5 de mayo de 2009. El primer evento que se hizo fue con el Colegio María Auxiliadora: fue una comida de profesores y auxiliares. Les gustó la experiencia y como somos creyentes, le pedimos a la madre superiora que nos bendijera el local.

¿Mejoró el panorama?

-Completamente. Partimos de la nada y la voz se fue corriendo. Ha sido una apuesta espectacular.

Servicios que ofrece el centro de eventos

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Rodrigo Contreras señala que "nuestro centro cuenta con instalaciones de alto nivel, gastronomía original en base a materias primas de la zona, en un entorno natural. Cada menú es una experiencia gastronómica personalizada". Cuenta que el servicio estrella es todo lo relacionado con matrimonios: "El 90% de nuestros eventos son matrimonios y el resto empresas, universidades, bautizos y comidas institucionales, entre otros". "Funcionamos -dice Contreras- todos los días de la semana y trabajamos sólo con mujeres garzonas, porque la mujer tiene una llegada única con el cliente".