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Rosabetty Muñoz y su meta de generar vínculos entre los jóvenes y las palabras

presencia. La escritora y ex alumna Uach pasó a las filas de la Academia Chilena de la Lengua. Acá analiza su nuevo rol y los planes para fomentar la cultura en el sur.
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dnavarrete@australvaldivia.cl

Fue lo más descentralizado que puso ser. Para la escritora Rosabetty Muñoz, diciembre comenzó con una ceremonia en el sur, en el Liceo Domingo Espiñeira Riesco de Ancud. En ese establecimiento educacional estudiaron sus hermanos, su abuela y su madre. Es donde cursó su enseñanza media y donde pidió recibir una de las distinciones más importantes asignadas este último tiempo: su incorporación a la Academia Chilena de la Lengua. El reconocimiento se lo entregó el director de la institución Alfredo Matus y sirvió además para que la escritora renueve sus votos con las palabras.

Rosabetty Muñoz estudió en la Universidad Austral de Chile para ser profesora de castellano. Fue socia fundadora de Índice, grupo literario que existió entre 1980 y 1985 y donde compartió filas con Sergio Mansilla, Oscar Galindo, Luis Ernesto Cárcamo, César Díaz, Waleska Pino y Clemente Riedemann. De aquellos años y en una entrevista para el portal de la Facultad de Filosofía y Humanidades Uach recuerda: "En Valdivia encontré un ambiente propicio para escribir, leer y preguntar. Mis compañeros del grupo literario fueron fundamentales. Entre los académicos que recuerdo, el profesor Iván Carrasco fue muy importante por su dedicación, consejos y forma de entender la vida más allá de la literatura. He citado varias veces sus palabras. Cuando me fui de la universidad, me dijo 'cuida tu vida, es el mejor material para tu poesía' y bueno, he tratado de seguir ese consejo".

en el sur

"Es una mujer que ha resistido desde la provincia". Así la describió Cristián Warnken en la entrevista realizada para su programa Una Belleza Nueva al que llegó como flamante ganadora del Premio Altazor 2013 por su obra "Polvo de huesos". Y fue tal vez su raigambre profunda en el sur, la que tuvo su máxima expresión al momento de ser incorporada a la Academia Chilena de la Lengua. "Una vez más me alegra que no haya tenido que moverme de la provincia para ser 'vista' desde otros espacios. Me gusta pensar que puedo aportar en la difusión y reflexión respecto de la expresión compleja de una lengua que corcovea y cambia permanentemente; desde mi trabajo con jóvenes, el movimiento es palpable, los cambios se desatan a una velocidad tal que - menos mal - puedo presenciar en primera fila", dice. Sobre la ceremonia, añade: "Quise que se hiciera en el liceo donde llevo nueve años un taller literario que cada año tiene el 20 por ciento de la matrícula del liceo y que se ha convertido en un espacio de conversación, encuentro, amor por la palabra. Quise que se hiciera en el liceo porque creo que se puede reconstruir, todavía el tejido social y desde los espacios públicos desde donde partirá este proceso".

lecturas

Muñoz nació y ha vivido gran parte de sus años como docente en Ancud. Su debut literario fue en 1981 con "Canto de una oveja del rebaño" de la editorial valdiviana Kultrún; y con la que repitió el ejercicio de publicar en 1991 "Hijos", en 1994 "Baile de señoritas" y el 2008 "En nombre de ninguna". En varios pasajes de su obra muestra el Chiloé profundo. "Del que tengo recuerdos como era antes de la llegada de la luz eléctrica(...) uno convierte a los lugares en anclas, de mi infancia recuerdo la abundancia al mariscar en familia, cosa que ahora ha cambiado mucho", dice en la entrevista a Warnken.

Con el paso de los años se ha dedicado a mantener vivas esas imágenes en sus poemarios. Al tiempo que deja entre sus estudiantes la herencia del amor por la literatura:"Intento que se apasionen con la literatura. Trato de acercarlos por el lado de la búsqueda de la expresión personal, de la exploración en su propia identidad y desde allí, acompañando el proceso, presentarles obras que se acercan a su mundo".

En su integración a la Academia Chilena de la Lengua, la poeta materializó sus anhelos con el discurso "Doce palabras redobladas", en el que deja en claro una de sus misiones: "La palabra que es el puente hacia el otro, la palabra que debería tenderse como un salvavidas, falla. Este es un tiempo cargado de ruidos, palabras gastadas, engañosas formas que se disfrazan de comunicación. Se confunden las lenguas y se vuelven torvas las miradas".

Sobre su intervención, aclara: "No sé si logré abarcar mis preocupaciones sobre el uso de la lengua hoy: hay muchas impresiones violentas respecto de la pérdida de lenguaje. No lo digo en sentido 'correctivo', sino con la profunda pena de ver a tantos jóvenes huérfanos de palabras, sin vías de salida para tanta ebullición interior; tantos y tantas cercados por el no poder decir, buscando un modo de hacerse entender con las cuatro frases de que disponen". Y agrega: "El taller que hago en el liceo apunta más bien a volver sobre la importancia de las palabras, sobre la seducción de las palabras, sobre la posibilidad de comprender a otros a través de las palabras; sobre la amplitud de mundo que te permite el conocimiento de las palabras, de las ideas que ellas permiten esbozar".

el aporte

Verónica Zondek, autora de "Nomeolvides: flores para nombrar la ignominia" (LOM Ediciones, 2014), es amiga de Rosabetty. La acompañó en la ceremonia y fue quien la interrogó sobre el rol que juega la Academia en su aporte a la conciencia de la palabra, su uso e importancia.

Muñoz, contesta: "Pienso que la Academia, con el solo hecho de nombrar miembros correspondientes en distintos lugares del territorio, está señalando un interés por renovarse, por poner atención a las hablas particulares, a los modos de vivir la lengua en lugares / culturas alejadas del centro. Incluso se podría entender como una apertura desde lo puramente normativo hacia la efervescencia vital que toda lengua tiene. Y, desde mi particular punto de vista, de nosotros (los nombrados en regiones) depende la importancia que nuestra voz pueda alcanzar. Por lo pronto, hay planes de potenciar actividades literarias que tienen como protagonistas a jóvenes con esta dinámica de acercarlos a la palabra en forma afectiva, festiva, libre pero también en forma seria y persistente".