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Estados Unidos termina el año con una economía parcialmente recuperada

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La economía estadounidense ejercitó sus músculos en 2014. A más de cinco años de la crisis financiera mundial, se habían arraigado las preocupaciones de que tal vez la principal economía del mundo había caído en una depresión semipermanente.

Los consumidores, empresas e inversionistas, tras soportar un invierno brutal, mostraron renovado vigor mientras avanzaba el año y EE.UU. se diferenció de la mayor parte del mundo.

Las acciones repetidamente establecieron récords. Las contrataciones llevan un ritmo que casi alcanza los tres millones de empleos, su mayor cifra en 15 años. La caída en los precios del petróleo redujo los de la gasolina a su menor nivel desde 2009. Se aceleró la venta de automóviles. La inflación fue menor a 2%.

En resumen, EE.UU. permaneció aislado de los problemas financieros que surgieron en todas partes, desde Europa y Latinoamérica hasta China, Japón y Rusia. ¿Cómo se explica la resistencia de la economía estadounidense este año?

Los economistas dicen que en esencia reflejó los beneficios aplazados de enmendar finalmente el daño de la peor crisis económica en 80 años. A diferencia de recuperaciones pasadas que fueron comparativamente rápidas, esta en particular fue agonizantemente lenta. Pasaron seis años y medio para recuperar todos los empleos perdidos durante la recesión (8,7 millones).

Durante 2014 hubo varios datos económicos destacados, entre ellos el auge laboral. Se agregaron 2,65 millones de empleos en los primeros 11 meses del año y la tasa de desocupación bajó de 6,7% a 5,8%.

El mercado interno se reactivó y una muestra son las ventas de autos. Las adquisiciones se enfilaban a incrementarse 6% este año, con 16,5 millones de vehículos nuevos en las calles. Sería el mejor ritmo de ventas desde 2006.