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Familiares, amigos y compañeros de colegio rindieron ayer una multitudinaria despedida a la niña Tamara Villa Escalona, de 11 años de edad, quien murió ahogada el jueves pasado en la playa Pichicullín de Mehuín.
El cortejo fúnebre partió de la sede social de la Villa Forestal de San José de la Mariquina, y se desplazó por las calles de la ciudad hasta llegar al templo de la parroquia San José, siendo escoltado por alumnos del Centro Educativo Sagrado Corazón de Jesús, establecimiento al que asistía la víctima.
Tras el oficio fúnebre, presidido por el padre Carlos Villanueva, los dolidos acompañantes caminaron hasta el Cementerio Municipal N° 2, donde el cuerpo de la pequeña fue sepultado.
En la ocasión, el sacerdote dijo que "dentro de tanto dolor, tanta tristeza, tenemos el consuelo de que la familia ve cómo sus amigos, los integrantes del colegio y toda la parroquia y la gente de buen corazón, han acompañado tanto el velorio como el funeral. ¡Qué lindo es ver cómo la gente está en los momentos más difíciles!".
LA FAMILIA
Los padres de Tamara, René Villa y Carolina Escalona, se encontraban profundamente impactados. Por ello, uno de los tíos, José Escalona, manifestó su gratitud hacia quienes formaron parte del cortejo y asistieron tanto a la misa como posteriormente a la sepultura. "Es muy grato en este momento de tristeza y de dolor, ver cómo la gente nos acompaña", expresó al tiempo de agradecer también el trabajo de los rescatistas que continúan la búsqueda, así como a Bomberos.
NECESITAN SALVAVIDAS
Escalona también hizo patente un requerimiento de la comunidad. "En Mehuín falta algo. En ese momento faltó que hubiera un salvavidas, como hubo en todos los años anteriores. Es un balneario al que va mucha gente y se debe estar prevenido siempre", señaló.
Y agregó: "Ojalá esto sirva de reflexión, sobre todo para el alcalde, ya que necesitamos en Mehuín un salvavidas y más recursos para situaciones como ésta. En ese momento, no teníamos siquiera un cordel".