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Campamento Musical: las historias detrás de la masiva jornada de capacitación

presencia. La integración social y el desarrollo de habilidades artísticas se mantienen como las metas, a 21 años del inicio de la actividad.
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dnavarrete@australvaldivia.cl

El ingeniero civil y doctor en economía Theodoro Kausel, académico Uach, tuvo la idea y se la propuso a Pablo Matamala. En Europa se familiarizó con experiencias donde músicos de todas las edades compartían sus conocimientos y a principios de la década de 1990 pensó que la isla de Mancera podría ser el escenario ideal para implementar un campamento musical con esas características. En aquel entonces Pablo Matamala era responsable de la orquesta de la Escuela Alonso de Ercilla y la Orquesta Infantil del Conservatorio de Música Uach junto a profesionales como Héctor Escobar y Osvaldo Urrutia, con quienes se iniciaría el Campamento Musical Marqués de Mancera.

La violinista Isolda Muñoz fue una de las primeras profesoras invitadas. Recuerda que al principio parecía una idea descabellada, pero que sirvió para formar a niños y jóvenes en varios aspectos, además de la música. "Éramos muchos menos que ahora. Partimos solo con profesores, sin asistentes y en un escenario natural espectacular", dice.

En la isla de Mancera cualquier rincón servía para ensayar. "Era la mejor manera de aprender", dice la violinista Pamela Barril en la memoria 1994-2012 que se publicó de la actividad hace dos años. Y agrega: "Al no tener luz eléctrica no podíamos escuchar radio o ver televisión, así que en cierta medida estábamos obligados a jugar en base a la música".

Desde el punto de vista institucional, el evento ha tenido diversos espaldarazos con la visita de Presidentes de la República: el 2005 Ricardo Lagos estuvo en Mancera escogió la actividad como telón de fondo para firmar la Ley de Fomento de la Música Chilena y Sebastián Piñera que llegó para el cierre del 14 de enero del 2011. Ese día, los músicos celebraron el cumpleaños de la Primera Dama Cecilia Morel en los jardines del Museo Fuerte de Niebla.

los cambios

El incremento de participantes y la necesidad por contar con más comodidades, obligó el traslado de la música desde Mancera a Niebla. Hasta la fecha son cerca de 7.000 los niños y jóvenes que han participado en las clases y conciertos que tienen a la localidad costera como centro de operaciones. El cellista Jorge Faúndez es uno de ellos. "Desde siempre el Campamento ha tenido un enfoque hacia la formación integral. En algún momento hubo actividades como teatro y pintura en un modelo de trabajo para un grupo reducido de personas en la isla, lo que sin duda fomentó el trabajo en equipo y la integración social", explica. La idea la refuerza Jonathan Vallette, actual profesor de trombón. Su primer Campamento fue el 2006, un año más tarde del debut de los bronces en la actividad. "Hicimos un concierto que sirvió para que Pablo Matamala decidiera incorporar estos instrumentos en las clases con Cristian Muñoz(...) sabíamos algo de la historia de este encuentro de cómo era antes con su vínculo muy fuerte con la naturaleza y que sigue siendo ahora, muy exigente. A todos nos sirve mucho como experiencia de crecimiento personal y profesional".

Las actividades del XXI Campamento Musical Marqués de Mancera en las instalaciones de la Escuela Juan Bosch y el gimnasio municipal de Niebla son hasta el miércoles 14. El cierre será un día después con un concierto en los jardines de la Casa Prochelle Dos.

Todas las actividades son con entrada liberada y los interesados puede visitar los recintos y presenciar los ensayos de las orquestas infantil y juvenil del encuentro que financia el FNDR y la Municipalidad de Valdivia.