Pablo
Matamala
Campamento Musical
El XXI Campamento Musical Marqués de Mancera fue una conjunción de varios elementos. Pero principalmente de nobleza, música y solidaridad. Logramos trabajar un año más como equipo y grupo de profesionales comprometidos con las nuevas generaciones y también con la reflexión sobre lo importante que es esta actividad para las nuevas generaciones. Las jornadas estuvieron marcadas por escucharnos a nosotros mismos, a nuestra música interior y al silencio, que es parte fundamental en la meta de lograr una mayor paz interior y de la forma en que luego, como artistas, transmitimos eso al público.
La música y el músico son uno solo al expresarse y este año avanzamos en tomar conciencia de nuestras propias metas y aportes, como por ejemplo logran un mayor nivel de bienestar.
Todo comienza desde el interior de cada uno y desde la nobleza que tenemos por hacer música y aportar al desarrollo de la cultura en la región y el país.
En esta gran experiencia aprendimos de los niños y jóvenes. Se fortalecieron los vínculos entre colegas de Valdivia e invitados de otras ciudades, además de reforzar el compromiso que tenemos como artistas con una sociedad más justa, equilibrada y en paz.
Junto con evidenciar el crecimiento de nuestro Campamento Musical Marqués de Mancera, también asumimos el desafío de avanzar en aspectos que complementan la labor de la música y su aporte a la generación de profesionales. Cumplimos 21 años de actividades en un momento donde es necesario apostar por el lado humano de quienes cada enero llegan hasta Valdivia para participar en las clases y en los conciertos. Esta es una tremenda oportunidad de trabajar en conjunto, donde en cada día descubrimos lo que nos motiva.