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Inauguran consultorio en localidad de Choshuenco

El Servicio de Salud de Valdivia inaugurará mañana un consultorio en la localidad de Choscuenco, que también prestará servicio a las comunidades de Neltume y Pirehueico. La unidad contó con apoyo de la familia von Appen para su implementación. Estará a cargo de una matrona, una enfermera y una auxiliar paramédico.

Equipo de Conama visitó vertedero Morrompulli

Personeros de la Comisión Nacional de Medioambiente, Conama, realizaron una visita inspectiva al vertedero Morrompulli y destacaron el trabajo que realiza la municipalidad de Valdivia con el manejo de residuos sólidos. Anunciaron que es factible realizar un estudio técnico para levantar un nuevo vertedero en el mismo lugar.

Anuncian primer festival internacional de folclore

Entre el 1 y el 14 de febrero se desarrollará el Primer Festival Internacional de Folclore de Lago Ranco, organizado por el ballet de esa comuna, dirigido por Eduardo Calisto. Al evento asistirán grupos invitados de México, Argentina y Perú, además de conjuntos provenientes de diversas comunas de la Décima Región.

Dos conversaciones mediadas con Lemebel

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La primera vez que conversé con Pedro Lemebel fue hace tiempo. Yo estaba en un congreso en la Universidad de Chile, conversando con mi amiga la poeta y ensayista Carmen Berenguer. En algún momento Carmen dijo: Mira, ahí están las yeguas. Y como una madre o madrina afectuosa y autoritaria, los llamó; eran Pedro Lemebel y Pancho Casas, famosos como "yeguas del Apocalipsis" que hacían acciones de arte contra la dictadura militar.

Acudieron de inmediato. Fue un momento distendido, de aceptación recíproca sin complejos ni tensiones; hablamos de literatura, por supuesto, y de otras cosas propias del momento que no eran agradables. Años después Pedro fue invitado a Valdivia a una Feria del Libro y su organizador me llamó para pedirme que lo presentara, a lo que respondí que lo haría con mucho afecto.

En otra ocasión, una sobrina interesada en cosas del arte y la literatura, fue a verlo y para iniciar la conversación le preguntó si me conocía. A ello, Pedro le contestó que sí y que le gustaba como crítico porque reconocía su calidad literaria y no lo valoraba como escritor sólo por su identidad ambivalente (la que significaba tan bien mediante su vestuario, como lo hizo aquí en Valdivia: en esa ocasión vestía de la cintura para arriba como mujer, de la cintura para abajo como hombre, de modo impecable). La dimensión femenina construida sobre una masculinidad no es necesariamente la totalidad de una escritura o de una biografía, menos aún en una novela, o un ensayo, o los magníficas crónicas sobre la multitud ambigua de nuestro país.

Estamos tristes porque no lo veremos más en persona. Pero, su escritura ya está en la historia literaria de Chile y de la contemporaneidad.

Aunque la expresión homosexual ya existía antes de su narrativa (recuérdese Pasión y muerte del cura Deusto, de D´Halmar, por ejemplo), Pedro siguió los pasos de su maestra Berenguer, pero de modo equivalente: desarrolló un lenguaje homosexual mediante autorreferencias, empíricas o no, temas específicos, descripciones, alusiones, metáforas, un estilo marica, de loca, inconfundible, trágico y divertido, valiente y atrevido, y por tanto, permanente, un estilo que perseverará en nuestra literatura pero que difícilmente podrá ser imitado.

Descansa en paz, escritor Pedro Lemebel.

Dr. Iván Carrasco Profesor del Instituto de Lingüística y Literatura UACh

Una noche de magia y fantasía

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Ayer se vivió en Valdivia una de las fiestas populares más valoradas en la capital regional. La elección de la Reina de Los Ríos es un certamen que ya tiene 98 años y su espíritu va más allá de un concurso de belleza; tiene que ver con la alegría veraniega y compartida.

Además, se trata de una actividad con arraigo social, respetado por la ciudadanía e incluido entre las tradiciones de muchas familias antiguas locales, cuyas representantes han participado por generaciones como candidatas.

Si bien se levantan críticas en torno a él por la inversión que implica su desarrollo; no es menos cierto que atrae a gran cantidad de público y que logra sumar atractivos para invitar a los turistas. Especialmente, porque año a año su escenario se abre para artistas locales que ganan espacios y también para invitados de renombre nacional e internacional, que el público local no tendría oportunidad de ver en vivo y gratuitamente.

Anoche, por ejemplo, Los Vásquez fueron un suceso hasta la madrugada y antes, José Luis Perales encantó con su música de la misma manera que viernes había triunfado en el Festival del Huaso de Olmué.

Ese nivel de espectáculo tiene un costo, que se retribuye en aumento de visitantes y en la inclusión de Valdivia en el mapa de los productores de eventos.

Es cierto que existen otras múltiples necesidades en la ciudad (nadie podría negarlo: más limpieza, ordenamiento urbano, reparación de aceras y una larga lista); pero la gestión de las autoridades debe velar por ellas, sin que eso signifique terminar con una actividad que suma casi un siglo de historia. El progreso no consiste en -como dice la sabiduría popular- "desvestir un santo para vestir a otro", sino en un crecimiento equilibrado y sostenido en el tiempo.

Similar es la crítica que podría hacerse a la Noche Valdiviana, que también implica desembolso alto de recursos y preparación intensiva, pero cuya existencia da uno de los sellos a la ciudad. Un rito centenario y un lugar para exponer inquietudes a través de las alegorías representadas en los barcos que desfilan por el río en una noche mágica. Y de eso se trata también el día de las reinas, de fiesta y fantasía, una vez al año.