El intendente Egon Montecinos informó ayer que se mantiene la alerta temprana preventiva declarada por la Onemi para la comuna de Panguipulli, luego de que el Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomín), detectara un aumento progresivo de la energía sísmica liberada en el volcán Villarrica y determinara la alerta técnica amarilla.

Sin embargo, precisó que ello no representa un riesgo para la población ni que se afecte la actividad turística.

Montecinos explicó que "esto significa que se pone en alerta a los servicios públicos, a los comités de emergencia comunales para estar preparados frente a cualquier escalada de este tema".

MEDIDAS A NIVEL LOCAL

El alcalde de Panguipulli, René Aravena, dijo ayer que "el Villarrica es un volcán activo y estamos observando una alteración del comportamiento normal (...) Lo bueno es que ahora contamos con instrumentos de medición que nos permiten dar una alerta más específica".

Informó que el municipio adoptó las medidas correspondientes a fin de establecer que todos los lugares de evacuación estén expeditos, ante una eventual emergencia.

En esa línea, el intendente afirmó que ha estado en permanente contacto con el alcalde y que el director regional (s) de Onemi, Alejandro Heinecken, ayer en la tarde se trasladó a Coñaripe, para reunirse con el comité de emergencia local.

Cuatrocientas familias del sector Los Jazmines de Valdivia han visto deteriorada su calidad de vida por el mal estado del camino en su sector, donde el polvo inunda las casas y se ha formado un vertedero ilegal, que crece a diario.

El problema se concentra en el sector de avenida Uruguay con Las Begonias, una extensa área de calles y vías de ripio, que convergen hacia la ruta de Antilhue-Los Lagos, una obra asfaltada que contrasta con esta realidad vecinal.

La denuncia fue hecha ayer por varios vecinos encabezados por la dirigenta Luz Marina Fernández, quienes aseguraron estar "indignados", por una situación que, aseguran, han expuesto en la municipalidad de Valdivia , seremi de Obras Públicas, intendencia y Serviu, pero sin obtener respuesta ni ayuda de las autoridades locales.

"A nadie parece importarles, ya que cada vez que hemos reclamado, se tiran la pelota unos a otros y no hay una solución. Llevamos mucho tiempo con este problema y ya no sabemos qué hacer. Nadie ha venido a ver lo que pasa", dijo Fernández.

TOMARSE EL CAMINO

La dirigenta, apoyada por otros vecinos, afirmó que en varias oportunidades "hemos pensado tomarnos el camino hacia Antilhue para llamar la atención, porque nuestra situación se vuelve cada vez más insoportable, en especial en estos meses de verano. Queremos que nos escuchen y nos solucionen este problema".

"Aquí -agregó- hay nubes de polvo que se quedan estáticas, no se van y quienes viven en las casas más cercanas, ya no hayan cómo evitar que el polvo ingrese a sus comedores, dormitorios y otras piezas y ellos deben tragarlo. Los conductores de vehículos, especialmente de camiones pesados, microbuses y otros, no tienen consideración", agregaron en su protesta.

ABANDONADOS

Los vecinos se sienten ignorados porque -creen- que "al parecer, las autoridades no piensan que aquí hay guaguas, niños, gente de la tercera edad, que sufre con el polvo y corre riesgos de infección con la basura que otros irresponsables tiran y que pocas veces la pasan a retirar los camiones municipales".

Los vecinos dijeron rechazar también algunas propuestas a organizarse y reunir fondos para contribuir a la solución, porque "estos son caminos en que todo tipo de vehículos pasa por ellos, no es un pasaje".

Luz Marina Fernández dijo que la pregunta que se hacen es "¿hasta cuándo tendremos que seguir esperando?".