Usando su vestimenta mapuche, la dirigente social Elizabeth Barría jugó, cantó y compitió en el primer capítulo de la temporada 2015 del programa Juga2 de TVN. Competía por un sueño: contar con un espacio -una casa o un edificio- para que las mujeres de la región puedan participar en cursos de capacitación y emprender.
Aun cuando demostró empeño y conquistó con su simpatía tanto al público como al animador José Miguel Viñuela, no logró quedarse con los 25 millones de pesos del premio. Pero sí pudo contarle al público parte de su historia, una que motivó que incluso el cantante Luis Jara -quien participó en el programa como invitado- quisiera tomarse una "selfie" con ella mientras le decía: "Mi familia también empezó desde muy abajo y mi madre tuvo que esforzarse mucho, hasta que tuve mi 'golpe de suerte', seguro que ya viene el tuyo".
Elizabeth Barría siempre se siente tan motivada que ya ha logrado crear tres organizaciones sociales exitosas. En el año 2008 formó Mujeres de Los Ríos, organización que ayer cumplió siete años. Se trata de un voluntariado en el que mujeres ayudan a otras mujeres a ser emprendedoras a través de capacitaciones en distintas áreas: como repostería e incluso artesanía.
Luego, en 2012, creó Ainil Domo, una asociación gremial de trabajadoras independientes. Y ese mismo año también fue la impulsora de Apalun -Apoderados y Alumnos Unidos- una agrupación que nació bajo el alero del Instituto Comercial de Valdivia para capacitar a padres y alumnos y generar proyectos.
Todos estos grupos los creó inspirada en su madre, Gladys Mansilla, quien comenzó a formar grupos de señoras cuando Elizabeth era muy pequeña y vivían juntas en un campo en Puyehue, en el sector de Rupanquito.
sus orígenes
Elizabeth nació en Valdivia en 1972 y sus primeros años los vivió en Barrios Bajos. Luego se fue con su madre a Puyehue, pero constantemente retornaba a Valdivia para estudiar. Su regreso definitivo fue en 1986, cuando tenía 14 años. No se volvió a ir. Estudió Administración de Casinos y Servicios Alimentarios en el Liceo Técnico. Siempre creó emprendimientos. Fue presidenta del liceo y reina, creó una radio y un periódico mientras estudiaba. Incluso fue candidata a Reina de Los Ríos en el año 1993.
En una entrevista que dio ese año para el Diario Austral dijo: "Soy una persona segura y me fijo metas que poco a poco voy cumpliendo". Trabajó como vendedora y decoradora de vitrinas para las tiendas Pazos, Casa Berta y Casa Lucy.
-¿Dónde nace su espíritu emprendedor?
- Eso siempre lo vi dentro de mi entorno. Mi mamá siempre estaba preocupada por ayudar al resto de las personas. Cuando llegamos a vivir al campo, en Puyehue, no estábamos mal, pero mi mamá vio que los trabajadores de la zona no lo pasaba nada de bien y las mujeres de ellos tampoco. Entonces empezó a salir, a conocer a la gente, hasta que formó un Centro de Madres a través de Cema Chile. Han pasado los años y ella sigue siendo dirigente. Ahora tiene un conjunto folclórico en Isla del Rey. Ella fue muy emprendedora porque en un momento de su vida recibió mucha violencia, al igual que mi abuela. Desde chica he visto cómo las mujeres de mi familia han caído y se han tenido que levantar. Eso me inspiró. Soy de una familia de mujeres que no necesitan tener a una pareja al lado para salir adelante.
-¿Usted también vivió experiencias como esas ?
- Sí. Me casé a los 24 años y dejé de trabajar para cuidar a mi primer hijo porque me lo pidió mi marido. Una amiga me había aconsejado que no renunciara, pero de porfiada lo hice. Duramos un año y medio casados. Me quedé en la casa sin trabajo y con un bebé. No tenía qué comer, pero debía callar. Hasta que una persona muy importante para mí me fue a buscar a la casa y me pidió que trabajara con ella. Estuve trabajando en tres lugares a la vez, incluso hice dulces árabes y los entregaba en una rotisería. Ese fue el momento en el que tuve que empezar de nuevo y me sirvió para ser más creativa y emprendedora. Llegué a tener una pensión en mi casa.
-¿Esas experiencias también la llevaron a formar grupos enfocados en las mujeres?
- Cuando ya estaba mejor -e incluso tenía una nueva pareja- yo quería comenzar a trabajar en banquetería. Mi pareja me ayudó con el negocio, pero sentía que necesitaba más capacitación. No se me abrían las puertas porque era de clase media y tenía mis estudios terminados. Tampoco podía pagar una capacitación. Una conocida me inscribió en el Programa Jefas de Hogar. Conocí a un grupo de personas con mis mismos intereses, así que quise crear una agrupación. Yo no sabía nada de ser dirigenta. Fuimos la primera agrupación que nació de ese programa dentro de la región de Los Ríos. Fuimos muy populares, éramos el chiche del momento. Pero yo no podía tomar las capacitaciones porque tenía iniciación de actividades.
-¿Por qué decidió crear Ainil Domo?
-Muchas mujeres cuando comenzaban sus emprendimientos subían de categoría, entonces ya no podían acceder a las capacitaciones. Así que para esas mujeres creamos Ainil Domo. Hice un llamado a través de Facebook para reunir a emprendedoras y a profesionales independientes. Me sorprendí, porque hicimos una reunión en el sótano de la municipalidad y llegaron unas 50 personas a la primera reunión. Todas profesionales. Llegaron personas de la universidad, de la política. A mí me asustó porque estaba acostumbrada a trabajar con jefas de hogar que a veces sufrían violencia intrafamiliar y que yo podía orientar. Estas personas tenían otras necesidades, salir adelante en la parte económica. Así que creamos la primera asociación gremial de trabajadoras independientes. Hemos hecho varias cosas, el primer desfile de modas étnico, por ejemplo. Tuvimos apoyo de privados. También nació una nueva líder, Claudia Pradenas. Muy fuerte y con muchas ideas.
-¿Qué siente cuándo ve lo logrado con las organizaciones?
Mucha gente me dice: "Tú creas estas cosas, pero no obtienes beneficios, no ganas nada". Sí lo hago. Cuando una emprendedora me invita a la inauguración de su negocio para mí es la mayor alegría. Hay personas a las que les enseñé a hacer pan y que ahora tiene panadería. Soy privilegiada, tengo mucha suerte.
-Incluso por tus actividades participó en un programa de televisión. ¿Cómo fue eso?
-Fue sorpresivo. Me llamó un día la encargada de la Casa de la Familia para decirme que de TVN quieren a una mujer líder, que le guste el trabajo social y que por eso se acordó de mí. Fui a un casting en Osorno. Tenía que contarles mi sueño. Yo tenía uno hace mucho tiempo. Hacer una escuela de oficios para mujeres jefas de hogar. He pedido casas, pero no ha funcionado. La verdad, no lo tomé muy en serio. Cuando llegué me preguntaron si tenía alguna gracia. Les dije que aparte de ser bonita no tenía ninguna más. Se rieron mucho y les gusté.
-¿Cómo te contaron que habías sido seleccionada?
-Vinieron del programa y me asustaron. Fue muy gracioso. Me invitaron a la municipalidad para que comience a trabajar como monitora de un curso. Cuando estaba con ellas me interrumpieron para decir que había un error y que no podía ser la monitora. Fue un momento muy incómodo y yo me molesté, tenía ganas de llorar y salir arrancando. Incluso hicieron ingresar a quien sería la nueva monitora. Yo no veo televisión así que no la conocía. Era la animadora María Luisa Godoy, me abraza y me dice que quedé seleccionada en Juga2. Yo no entendía nada, porque todavía estaba molesta. Después vi al alcalde que se moría de la risa y las cámaras. Tuvimos que repetirlo.
-¿Conseguiste el premio?
No, pero ya estamos buscando una manera de conseguir el lugar a través de la tercera organización que creé, Apalun, que tiene que ver con educación. Yo me esfuerzo mucho para lograr lo que sueño. Aún recuerdo cuando en 1993 fui candidata a Reina de Los Ríos y dije que era decidida. Mis ideales no han cambiado desde esa fecha y estoy muy orgullosa. Siento que he ido cumpliendo todas las metas que me fui fijando. Más a futuro creo que tendremos esta escuela de oficios. Una vez que la consiga y deje a las señoras trabajando yo paro. Ahí voy a haberlo cumplido todo.