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un estudio dice que los hombres y las mujeres no se enferman igual

género. Las mujeres reaccionan de acuerdo al tipo de personalidad. Los hombres, en cambio, responden siempre de la misma forma.

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El género y el tipo de personalidad influyen en cómo una persona reacciona ante una enfermedad. Así lo asegura un artículo escrito por Robert Rosenman, académico de la Universidad Estatal de Washington (WSU), en conjunto con expertos de la Universidad de la Cámara de Comercio de Tailandia.

Según el estudio, las mujeres son más propensas a las enfermedades de baja complejidad. En cambio, los hombres se ven más afectados cuando hay más de un síntoma presente.

En un comunicado de prensa institucional, Rosenman indica que las mujeres reaccionan dependiendo del tipo de personalidad, mientras que los hombres, sin distinción alguna, reaccionan de la misma forma.

La investigación se basa en los datos recopilados en una encuesta realizada en Reino Unido, en la cual participaron en total 2.859 personas: 1.471 hombres y 1.388 mujeres.

La encuesta consistió en preguntar a los participantes acerca del grado de felicidad y satisfacción en ciertos aspectos de su vida. También consultó acerca de su salud física, mental y el tipo de personalidad, entre otros detalles. El objetivo de la encuesta era determinar si el género y la personalidad tenían algún tipo de relación con las enfermedades.

Los resultados arrojaron que ciertos tipos de personalidad ayudan a las mujeres a ser menos afectadas por las enfermedades mentales, en comparación a otros perfiles psicológicos.

Uno de los rasgos en cuestión era la mujer con un alto nivel de amabilidad y relaciones interpersonales de alta calidad. El segundo tipo es la mujer que concientiza poco acerca de sus actos, tienen poca necesidad de lograr cosas, de tener orden o ser persistentes.

Roseman sostiene que las mujeres con personalidad amable tienen mejores relaciones sociales, lo que asegura apoyo a la hora de enfrentarse a una enfermedad mental.

Asimismo, quienes tienen un bajo nivel de conciencia son más propensas a sentirse fuera de control. Por lo tanto, no se ven afectadas por el impacto causado por un mal de este tipo.

En cuanto a los hombres, el estudio asegura que no existe una correlación entre el tipo de personalidad y el impacto de una enfermedad mental.

otros estudios

En 2011, la Organización Panamericana de la Salud dio a conocer un artículo que indica que hombres y mujeres enfrentan de manera diferente el riesgo de las llamadas enfermedades crónicas no transmisibles, tales como las cardiovasculares (ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares), el cáncer, las enfermedades respiratorias crónicas y la diabetes.

Marijke Velzeboer, quien trabajó en la entidad internacional como asesora en género, diversidad y derechos humanos, realizó estas consideraciones en un panel realizado en Nueva York.

Según la experta, los roles de género crean distintas expectativas y comportamientos en hombres y mujeres, que afectan la incidencia de las enfermedades crónicas y sus consecuencias.

También existen ciertas variables externas en estos roles, tales como el consumo de tabaco, el ejercicio y la búsqueda de tratamiento médico.

Otras consideraciones indican que las mujeres tienden a ser afectadas por estas enfermedades crónicas más jóvenes que los hombres. Pese a que ellas viven más, suelen tener mayores discapacidades y menor protección social. Además, suelen ser las principales proveedoras de cuidados de salud a largo plazo.

Sin considerar las enfermedades propias de cada sexo (por ejemplo, el aparato reproductor), existen diferencias de género en la salud. Según la Sociedad Americana para el Cáncer, los hombres son más propensos a desarrollar esta enfermedad, ya sea en el colon, el páncreas o el hígado. En cuanto a las mujeres, tienen más riesgo de padecer depresión, osteoporosis y enfermedades autoinmunes. El tabaco y el alcohol también afecta en mayor medida a las mujeres.

el ejercicio de alto impacto ayudaría a las mujeres que padecen de osteoartritis

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Un estudio realizado por el Departamento de Ciencias de la Salud de la Universidad de Jyväskylä, Finlandia, asegura que los ejercicios de alto impacto ayudan a las mujeres que padecen osteoartritis y disminuyen el riesgo de osteoporosis.

Según la investigación, este tipo de actividades mejoran la calidad del cartílago rotuliano, ubicado en la rodilla y responsable del desplazamiento de la rótula con respecto al fémur, el hueso más largo del ser humano.

La osteoartritis es una enfermedad de las articulaciones o coyunturas, que afecta principalmente al cartílago. La fricción causa dolor, hinchazón y pérdida de movimiento en la articulación. Este mal es frecuente en los adultos mayores, en especial en las mujeres postmenopáusicas.

El estudio analizó a 80 mujeres de entre 50 y 65 años de edad y con artrosis de rodilla leve. Las participantes fueron divididas en dos grupos: uno de entrenamiento y otro de control.

El grupo de entrenamiento realizó un programa de ejercicios de alto impacto progresivo que fue supervisado tres veces por semana durante 12 meses. Mientras, el grupo de control realizó actividades físicas normales. Los efectos del ejercicio se midieron a través de la imagenología.

Según los especialistas, la ruptura en la red de colágeno y el aumento de agua libre en el cartílago articular se considera como el inicio del proceso degenerativo de la osteoartritis.

Sin embargo, "si esta ruptura en los cartílagos puede ser obstculizada, se detuvo o incluso mejoró la calidad del cartílago a través de la actividad física apropiada, podría ralentizar la progresión de la enfermedad", indica Jarmo Koli, uno de los autores del estudio.

La modalidad de ejercicio más eficaz para mejorar la resistencia ósea es la que contiene ejercicios de alto impacto (tales como los saltos aeróbicos) y el cambio rápido de direcciones de movimiento, entre otros.