Burocracia o necesario control
Muchas veces se dice que el sector público es ineficiente y lento. Por su parte cuando se menciona al sector privado se habla de emprendimiento, esfuerzo y agilidad, alabando al mercado que lo regula todo y cada problema es causa de la burocracia estatal.
¿Pero qué pasa cuando el mercado falla? Cuando en el sector privado hay colusión, monopolio, evasión tributaria, malas prácticas laborales u otras que a menudo escuchamos, los perjudicados son las personas. Cada vez que esto ocurre y para proteger a las familias, se generan nuevas normas, decretos y leyes que lo eviten. Lamentablemente existe una frase que refleja cómo se comportan algunos frente al mercado y la auto regulación: "hecha la norma hecha la trampa", lo que obliga a procedimientos de control más complejos o a más normas, en suma a más burocracia.
Hace algunos días, hemos debido denunciar una presunta falsificación de permisos de edificación y recepciones municipales por parte de empresas privadas con la finalidad de cobrar los subsidios de vivienda correspondientes. Hechos como este, donde hay involucrados recursos públicos (de todos los chilenos) y un perjuicio evidente a las familias, obliga a Ministerio de Vivienda y Urbanismo a realizar una investigación administrativa y revisión de los procesos, llamada malamente investigación sumaria, para asegurar que esto no vuelva a ocurrir.
Así cualquier hecho que el mercado no regula, donde hay un privado que traiciona el sistema, no solamente daña al beneficiario del subsidio, sino que también a quienes pagan sus impuestos, a los que perderán la oportunidad de recibir un beneficio por los recursos necesarios para reparar el perjuicio causado y/o perseguir a los responsables, a los que desistirán de postular por no confiar en las empresas que si actúan bien, y al Ministerio de Vivienda y sus funcionarios que se ven en tela de juicio y obligados a investigar.
Por ello, cuando pensemos en lo lento y burocrático que puede ser el Estado, debemos también atender lo que sucede cuando los procesos de control no existen o son débiles, y se deja todo en manos del mercado.
Carlos Mejías González