Al final de la temporada
Comienzan los balances en relación a lo que ha significado para la zona la temporada turística que finaliza, tarea que demanda algunos esfuerzos en lo referido a las cifras exactas de cuántas personas llegaron y cuál fue su aporte a la economía regional.
En términos generales, se puede adelantar que lo más probable es que haya buenos números para los diferentes establecimientos dedicados a las diversas facetas del turismo, como la gastronomía, la hotelería, el comercio y la actividad en torno a ríos, lagos y la costa. Eso es fácil apreciar a simple vista, porque todo parece indicar que hubo más visitantes venidos desde el resto del país. En cambio, pareciera que las personas llegadas desde el extranjero no marcaron tanta presencia como en otras oportunidades. Si efectivamente se concluye en que esto es así, estamos frente a una de las grandes misiones para los años venideros, tratar de ganar la carrera por los turistas foráneos a otros lugares atractivos del país, donde sí ha sido posible observar a importantes cantidades de visitantes llegados desde más allá de nuestras fronteras e incluso de mucho más allá de nuestro continente.
Igualmente queda la impresión que quienes se dedican al hospedaje casero también pueden sacar cuentas alegres porque ya es parte de las costumbres veraniegas para muchas familias optar por los alojamientos que ofrecen las cabañas, dotadas de todas las comodidades que ofrece un hogar, además de sumar el plus de permitir que haya ahorro mediante el cocinar en familia.
Queda pendiente una tarea, la de mejorar en lo que se refiere a la llegada de demasiadas personas que muy difícilmente pueden ser calificadas como turistas y que definitivamente no son un aporte, porque se trata de aquellos grupos de jóvenes que se instalan en la vía pública a pedir colaboraciones para sus necesidades y que incluso se dan el gusto de dormir en las plazas céntricas.
Valdivia será la Capital Americana de la Cultura el próximo año. Y eso obliga a mejorar.