Balance de 25 años de democracia
Gonzalo
Espinoza
No es fácil resumir lo que ha sido el proceso de democracia chileno, donde pasamos de una etapa inicial, que se podría llamar tutelada o protegida con un sistema político electoral, a un sector político con un 33% de apoyo. Si a eso le sumamos el período de existencia de senadores designados y otras amarras legales, no era mucho lo que se podía avanzar en los grandes cambios que Chile requería, en educación, previsión, salud y un sistema político, económico y administrativo.
Recién ahora con el triunfo de la Presidenta Bachelet y las mayorías obtenidas por la Nueva Mayoría, se logra una etapa de consolidación, con un sistema político democrático sin grandes amarras.
Al margen de estas dos etapas, en este período, se pudo implementar un sistema social que tuvo virtudes y defectos. Lo positivo fue que se pudo avanzar desde una situación donde la extrema pobreza bordeaba el 50% en 1990, hasta hoy en que estamos en menos de un 14%. Junto con ello, se recuperó la infraestructura en educación, salud, viviendas, obras públicas y sanitarias. En general, el país creció con estabilidad y gobernabilidad a un ritmo adecuado. En esto, el acento lo puso la Concertación con la colaboración de todos, sin embargo, no se pudieron hacer rectificaciones económicas para evitar que este crecimiento, se concentrara en una minoría de chilenos, y éste fue el resultado negativo del proceso.
Junto con ello, se desarrolló un sistema político electoral clientelista, basado en los recursos económicos de los candidatos, que nos ha llevado a que el tener más, se impuso por sobre la solidaridad, equidad y lo que es justo, aumentando la corrupción y falta de ética en la política y los negocios.
En esto, y después de lo que ha pasado, todos los sectores del país debemos hacer un esfuerzo para corregir las formas de hacer política y su absoluta independencia del mundo de los negocios, sino nuestro sistema democrático que tanto nos ha costado, puede terminar en caudillos sin valores, que actúen en función de proyectos personales, como lo que ocurre en otros países de Latinoamérica.