La maraña de cables o 'escombros aéreos' ya son parte del paisaje de Valdivia, aunque existe una ordenanza municipal desde marzo de 2013, que regula el tendido eléctrico y subterráneo de las líneas distribuidoras de energía eléctrica y de telecomunicaciones. Según el documento, con el objetivo de 'velar por la seguridad de las personas, de los cables en baja altura, en desuso y la descontaminación visual del espacio aéreo.
Para el presidente de la agrupación "Valdivia sin cables", Edwin Arancibia, dicha ordenanza es "ley muerta". Dijo que con su dictamen "pensamos que habíamos logrado un paso importante, pero estamos decepcionados".
"Es terrible, los turistas le sacan fotos a los cables y no a las casas alemanas", señala.
En ese sentido planteó que el objetivo es reactivar la demanda y agendar reuniones con las autoridades y parlamentarios que estén interesados en trabajar por este desafío.
TRABAJO ASOCIATIVO
El alcalde Omar Sabat informó que la bajada de cables en desuso se está concretando. Contó que el año pasado se reunió con las empresas de electricidad y telecomunicaciones a fin de solicitar que éstas implementaran las acciones necesarias para dar cumplimiento a la normativa.
Solo Telefónica del Sur y Saesa accedieron e insistió en que este debe ser un trabajo colaborativo.
"Han retirado cables a un ritmo que puede parecer demasiado lento (...) hemos insistido con las empresas y sostenido reuniones de coordinación, porque también estas tienen que adoptar el concepto de mejorar la calidad de vida de la comunidad en general y la contaminación visual es uno de los factores que hoy día influyen en el desarrollo de nuestra comuna", sostuvo.
Sin embargo, afirmó que en las otras empresas ha visto poca disposición para sumarse a la iniciativa.
Sabat explicó que la normativa vigente -a partir de la ordenanza municipal- permite cursar infracciones. Pero detalló que la principal dificultad es que la municipalidad no tiene cómo identificar a qué empresa corresponde cada cable en desuso.
"En estos momentos estamos estudiando cómo hacer operativa esta ordenanza pionera en Chile (...) y para ello debemos buscar el mecanismo que nos permita fiscalizar, sancionar y bajar el cableado basura".
De acuerdo a la ordenanza municipal cualquier infracción será sancionada con una multa de 5 UTM y que se podría aumentar en 1 UTM diaria en caso de no regularizar la situación.
Además, en el caso de los postes y cableado en desuso que no hayan sido retirados por la concesionaria, no tendrán el derecho a tender o cruzar líneas aéreas sobre bienes nacionales de uso público (...) considerándose como escombros y pudiendo ser ordenado su retiro por la Municipalidad a costa de la concesionaria.
SOTERRAMIENTO
A juicio de Sabat, Valdivia debe avanzar, además, en el soterramiento de cables .
En ese ámbito destacó el trabajo que se está realizando en el proyecto eje Errázuriz. "Allí pretendemos bajar 4.1 kilómetros de cables, dejando limpio el aire".
Otra de las iniciativas en esta línea es el proyecto "Red Centro", impulsada por los ministerios de Transportes y Vivienda. En su ejecución, éste considera obras como la instalación de poliducto para soterrar los cables. Además, el cambio del sistema del control de tráfico, es decir, los postes o semáforos automatizados con cámaras de vigilancia, con monitoreo y control de tráfico.
EJEMPLO DE QUE SE PUEDE
Helmuth Soto es dueño -en Santiago- de Limpost Limitada. En 2006 comenzó a trabajar en empresas de telecomunicaciones, primero como técnico y luego como supervisor. En esos años vio cómo las compañías enviaban a sus trabajadores a poner cables, pero no a sacarlos.
La razón -dijo- los costos. "Era más económico poner un cable que sacar el que estaba malo o cortado, esta práctica viene de décadas", contó.
Agregó que: "Para las empresas de telecomunicaciones no es rentable, por lo tanto no lo van a hacer ni existe la voluntad, porque no hay nadie que los presione, ya que la normativa es tan leve".
Helmuth Soto vio un nicho en el retiro de cables y formó su empresa, la que se pudo legitimar en diciembre del año pasado. Hoy trabaja, principalmente, con municipalidades de la región Metropolitana. Por ejemplo, en Colina ha sacado 17 mil metros de cables, que corresponde a una tonelada y media de material.
Trabajan cinco personas. Los trabajadores están certificados en uso de escaleras y trabajo en alturas. Utilizan herramientas especiales que les permiten detectar qué cables están sin vida, no energizados.
"Una vez que los detectamos, los cortamos, limpiamos, retiramos, ordenamos y hacemos la mantención", explicó. Por este trabajo, en la región Metropolitana cobra 2 UF por los cien metros lineales.
Una vez retirado el material, los cables son reciclados con una máquina que ellos mismos construyeron. Así sacan el plástico. El cobre que se retira es destinado a una labor social que Soto realiza en el marco de un convenio firmado con un hogar que se dedica a rehabilitar personas, cumpliendo así con uno de los objetivos que se planteó cuando creó la empresa, que era que ésta tuviera un componente social.
En esa línea, además, brinda trabajo a personas que están en reinserción social luego de cumplir penas de cárcel y que dijo "han sido capacitados y realizan un muy buen trabajo".
Aseguró que la disposición para desarrollar esta labor en Valdivia está y que "las municipalidades prestan atención sólo cuando tú les muestras el trabajo que realizamos".
Actualmente -informó- han recibido consultas desde regiones, por ejemplo desde Puerto Montt.