El concepto de las cabinas fotográficas está ampliamente extendido en el mundo y también tiene presencia en Chile. Sin embargo, hasta ahora Valdivia permanecía ajena a esta entretenida forma de retratarse.

Daniela Triviño Ojeda y Cristian Obreque Soto, dos ingenieros comerciales que se formaron profesionalmente en la Universidad Austral de Chile -ambos de 27 años de edad-, tenían ganas de levantar una empresa propia y el azar les proporcionó la idea perfecta.

"En un viaje al matrimonio de una amiga en Santiago conocimos el concepto de las cabinas fotográficas y nos pareció súper entretenido como invitados, pero sobre todo muy interesante desde una mirada de emprendimiento", cuenta Daniela Triviño.

Les picó la curiosidad y se dedicaron a investigar el mercado de las cabinas fotográficas, "pero siempre con un concepto claro: no queríamos tomar fotografías instantáneas solamente, sino que queríamos retomar el concepto de la fotocabina, ésa donde te metes en una caja, cierras una cortina y te sacas una foto como quieras; como se veía en las películas antiguas, pero de una manera innovadora y creativa", explica Cristian Obreque.

CONCRECIÓN DE LA IDEA

Tras perfeccionar el diseño de la fotocabina, mejorándole algunos detalles, y desarrollar una idea de negocio, los ingenieros analizaron cómo obtendrían los recursos para materializar el emprendimiento.

"El financiamiento fue un tema, pues la inversión inicial era alta no sólo por las cabinas, sino por todo lo que implica efectivamente hacer funcionar una empresa: creación de una imagen corporativa, constitución de la sociedad, asesorías de promoción, página web, certificados, contador, publicidad, etcétera", precisa Triviño.

Dada la complejidad del asunto, postularon a un fondo de Sercotec y contaron con el capital que complementó el dinero que reunieron en forma personal.

Así nació Photozone, que comenzó a operar oficialmente en agosto del año pasado.

SERVICIOS QUE OFRECEN

"Nuestro servicio consiste en el arriendo de cabinas fotográficas para eventos. Está dirigido principalmente a matrimonios, celebraciones de empresas, fiestas de graduación y cumpleaños, aunque no descartamos otro tipo de eventos", señala Obreque.

El servicio incluye un número ilimitado de fotografías durante el lapso que se contrate la fotocabina, que son impresas en un tamaño de aproximadamente 15 centímetros de largo por 5 de ancho. Triviño acota que existe la opción de personalizar las tiras fotográficas con logos o diseños variados.

"Ofrecemos también -acota Obreque- un scrapbook, que es un libro de recuerdos que se va completando con una fotografía de los invitados, que ellos mismos pegan con alguna dedicatoria; la copia digital de todas las fotografías y la opción de grabar un video en la cabina".

BUEN RECIBIMIENTO

Daniela Triviño sostiene que "aunque no cumplimos aún el año de funcionamiento, hasta el momento nuestro emprendimiento ha tenido una súper buena acogida de la gente. En general, tratamos de entregar el mejor servicio posible porque entendemos que quienes nos contratan, quieren hacer especial una ocasión que no van a repetir".

Añade que gracias a cada evento, van gestando nuevos contactos y ello les ha permitido darse a conocer y mantenerse en el tiempo.

DESAFÍOS

Obreque expresa que "el gran desafío a corto plazo es posicionarnos en la zona sur del país, abarcando desde la Novena a la Décima Región, como la mejor y única empresa especialista en servicios de cabinas fotográficas, ofreciendo a nuestros clientes un servicio profesional y de calidad".

Pablo Quintana Villanueva