Hace algunos días hablamos sobre las consecuencias que se están registrando en el mundo a raíz del cambio climático, efectos que hemos visto con tristeza en nuestro país, tras la catástrofe del norte.
Hoy queremos poner énfasis en que estamos a tiempo para cambiar nuestra actitud frente al cuidado del medio ambiente y así permitir que el planeta deje de reclamar por nuestra inconsciencia.
La Tierra reclama, entre otros aspectos, por la pérdida de la capa de ozono, cuyo agujero hace unas décadas era de algunos miles de kilómetros cuadrados y hoy es una proporción importantísima del planeta.
El calentamiento global y el efecto invernadero, que es consecuencia de nuestra actividad humana, han hecho que hayamos tenido el enero más cálido de lo que se tiene registrado en la historia, es decir, desde principios del mil 800.
También está latente la posibilidad de que la temperatura del agua suba dos grados, lo que sería catastrófico para la vida vegetal, animal y humana. Estos dos grados van a terminar con muchísimas especies microscópicas que son parte de la cadena que lleva alimentos a la mesa de los seres humanos.
Este tema fue parte de la discusión del Eurolat, realizado en marzo pasado en Panamá, donde tuve la oportunidad de representar a Chile. En dicho encuentro se discutió sobre los efectos del cambio climático, con la intervención de representantes del Parlamento Europeo y del Parlatino.
No hubo puntos de discrepancia entre los asistentes, sino que una conciencia colectiva de que lo estamos haciendo mal. Ello, porque no hemos podido lograr que los países súper desarrollados no sigan calentando el plantea, para evitar las consecuencias que ya se están comenzando a vivir.
Sin embargo, no todo está perdido, ya que en el Eurolat también se llegó a la conclusión de que estamos justo a tiempo para frenar esta maquinaria de emisiones y así recuperar la posibilidad de mantenernos como especie humana por miles de años más.
Todo depende de nosotros mismos y de que le enseñemos a las futuras generaciones que debemos preocuparnos de cuidar nuestro planeta, porque es el único que tenemos.
Iván Flores García
Columna