Una "reforma sindical" que atenta contra la libertad de los trabajadores y que en su contenido es "pequeña" y "sesgada", así calificó el proyecto de ley de reforma laboral el presidente de la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa), Hermann von Mühlenbrock.
Ayer en Valdivia, Von Mühlenbrock encabezó la primera jornada de reflexión -fuera de Santiago- "Una reforma laboral para todos", iniciativa que integra a las regiones en el diálogo acerca del impacto que los gremios y empresarios advierten en el proyecto de ley impulsado por el gobierno.
-Esta semana lanzaron en Santiago el video "Por una reforma laboral para todos", tal como está presentado el proyecto de ley, ¿no es para todos?
Creo que hay un consenso en el mundo empresarial que ésta es una reforma sindical y que tiene un objetivo claro que es aumentar artificialmente el poder de los sindicatos. Nosotros siempre vamos a estar disponibles en hacer cambios, yo siempre he sido partidario del mejoramiento continuo y hay que revisar, cambiar, deben haber cosas malas sin ninguna duda y prácticas empresariales que hay que erradicar.
-Entonces, ¿qué aspectos se dejaron fuera?
Este proyecto no habla nada de aumentar la fuerza laboral de las mujeres. Del primer quintil de mujeres de menores recursos sólo el 25% está en la fuerza laboral; en el caso de los jóvenes, entre 19 y 29 años, un número muy parecido. Si realmente tú quieres mejorar nuestro índice de desigualdad, ese es un foco. En esta reforma no se habla de las mujeres, de los jóvenes, de la tercera edad ni del mundo de la discapacidad. Creemos que hay cosas tremendamente importantes que deben ir en tener empresas mejores, más eficientes, con mejores relaciones con los colaboradores, buscar en conjunto mejoras en las remuneraciones, más competitivas, es decir, todos los objetivos que conocemos de una empresa. Sin embargo, todo esto no está considerado.
-En su intervención usted planteó que esta reforma tiene un diagnóstico equivocado, ¿por qué?
Los sindicatos son buenos para las empresas. Nadie puede decir que somos antisindicales. Ahora, de ahí a que sus socios estén por obligación, hay una gran diferencia. El nivel de sindicalización de Chile es absolutamente normal dentro del mundo desarrollado. Si nos comparamos con países de similar desarrollo que nosotros, tenemos un índice de sindicalización mucho más alto.
Aquí el 10% de las negociaciones terminan en huelga, de todas las multas que pasa la Inspección del Trabajo, no más del 1,3% son por problemas en las negociaciones; tampoco hay una efervescencia laboral enorme. Se dice que no hay más sindicatos porque los empresarios coartan la libertad de los trabajadores, bueno, sólo el 5% de los trabajadores dice que no forma sindicato porque, entre comillas, le tiene miedo al empleador. Con un diagnóstico errado se construye una solución mala.
-A su juicio, ¿qué tan graves serán los efectos de esta reforma laboral para los empresarios y trabajadores?
Esta reforma será permanente y sus daños mucho más graves que la reforma tributaria. Pensamos que desde un punto de vista económico, si uno en forma ficticia genera problemas y tensión en una relación laboral, evidentemente las empresas cuando analicen nuevos proyectos van a privilegiar hacer proyectos mucho más intensivos en inversión y capital que en personas. Por lo tanto, vas a tener menor demanda de personas y a la larga eso tiene un impacto de todas maneras en las remuneraciones. La gran mayoría de las empresas no manejan sus políticas de compensación a través de la negociación colectiva, normalmente tienen sistemas de evaluación, se le da un feedback al colaborador, eso puede llevar a un aumento de la remuneración; las empresas no esperan tres o cuatro años para subir sus remuneraciones.
Con este sistema tan trabado que propone la reforma, donde se le da tanta importancia al sindicato, las empresas van a evitar estas acciones porque podrían tratarse de prácticas antisindicales, porque el único que tendrá derecho a subir las remuneraciones serán los sindicatos. Atenta absolutamente contra la libre relación de los empresarios con los colaboradores.
El mundo empresarial ha reiterado que han sido oídos, pero no escuchados por el gobierno respecto al proyecto de ley de reforma laboral, el que no incorporó en sus indicaciones las propuestas planteadas por los gremios. Pese a ello el presidente de la Cámara Nacional de Comercio, Ricardo Mewes, se mostró optimista frente a mejorar la iniciativa en su discusión en el Congreso.
Ayer Mewes participó -en Valdivia- en la primera jornada de reflexión "Una reforma laboral para todos" y analizó los aspectos que complican al rubro. Dijo que "hemos definido seis ámbitos. Uno de ellos es el reemplazo en huelgas. La huelga es la última opción después de una negociación y es un derecho legítimo de los trabajadores para ejercer presión, pero esa presión no puede ser desmedida, no puede llegar a un nivel donde la empresa se detenga". Además se refirió a la titularidad sindical y explicó que tal como está el proyecto no se pueden traspasar los beneficios a los trabajadores que no están sindicalizados.
Confían en que
el proyecto sea modificado