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Un ejemplo de tenacidad: Arlenne Omegna y sus cabañas de hospedaje

constancia. Se vino a Valdivia junto a su esposo y se dio cuenta de la falta de recintos para acoger al turista y al estudiante. Con tesón y constancia, logró su propósito.

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El camino del emprendedor generalmente va aparejado de obstáculos. Pero pero aquel que posee el auténtico espíritu de lucha, constancia y esfuerzo, consigue lo que busca. Estas características son las que posee Arlenne Marioly Omegna Rickemberg, quien eligió el rubro del hospedaje turístico, para abrirse un espacio como empresaria.

Procedentes de Temuco, Arlenne y su esposo se establecieron en Valdivia y lo primero que advirtieron fue la falta de hospedajes. Con ello, visualizaron una oportunidad para hacer negocios, pensando mayormente en recibir turistas en verano y estudiantes en el resto del año. Sin embargo, la concreción de la idea no sería fácil.

"Teníamos la idea, las ganas, pero platita nada. Trabajar con el banco sin mucho respaldo financiero, es complicado. Además, nosotros -que éramos súper jóvenes- no sabíamos trabajar con maestros de la construcción y no teníamos familia acá en Valdivia, que nos pudiera ayudar", recuerda Arlenne. En algún instante, incluso, "no teníamos plata ni para el colectivo. Mi marido quería 'tirar la toalla', pero tenía la intención de seguir adelante", añade.

UNA LUZ EN LA SENDA

Buscar pasajeros que deambulaban en el Terminal de Buses de Valdivia y que demandaban alojamiento, dio nuevo impulso a su proyecto.

"Cuando comencé a trabajar, me preocupaba de tomar parejas; por eso hay parejas que han vuelto después con una guagüita y han tenido aquí sus primeros controles de embarazo. También han llegado papás con sus hijos adolescentes y después me llaman y me dicen: 'Arlenne, vamos solos porque los hijos ya no nos pescan'", cuenta.

Con la mira puesta en obtener financiamiento para equipar sus cabañas, Arlenne Omegna acudió al Servicio de Cooperación Técnica (Sercotec).

"Un día pasé al Punto Mipe, que está en calle Esmeralda, donde me ayudaron mucho en mi postulación, pero igual no quedé", admitió. Como acontece con parte de los emprendedores, no fue favorecida la primera vez que presentó sus papeles. Sin embargo, la segunda vez sí lo logró y se adjudicó tres millones de pesos del Capital Semilla Empresa Abeja, que le fueron transferidos en octubre del año pasado.

SE CONCRETA LA INICIATIVA

La emprendedora cristalizó su deseo de levantar cabañas de hospedaje en dos puntos geográficos de Valdivia.

El primero de ellos está ubicado en calle Clemente Escobar número 946, que bautizó como Cabañas Arlenne I. Consta de seis cabañas con capacidad total para recibir a 24 personas y obtuvo autorización de funcionamiento gracias a la resolución número 1901, de 17 de marzo de 2014, de la secretaría regional ministerial de Salud.

El segundo conjunto de cabañas se denomina Cabañas Arlenne II, que se compone de cuatro cabañas con capacidad para acoger 16 personas. Están ubicadas en calle Camilo Henríquez Nº 835 y su funcionamiento fue permitido según la resolución número 1900, de 17 de marzo del año pasado, dada por la seremía de Salud de Los Ríos.

AFÁN DE MEJORAS

Arlenne Omegna considera que aunque el recién acabado período veraniego fue exitoso no sólo para Valdivia, sino también para toda la región, cree que faltan cosas que deben ser mejoradas.

"Como empresarios turísticos, tenemos que saber hacer turismo; y parte de saber hacer turismo pasa por informar a la gente, sobre las actividades que podemos hacer. Si hay gente que se queda por dos días, tenemos que darle información para que se quede tres o cuatro", sostiene enfáticamente.

En esa línea, remata con una declaración que merece ser tomada en consideración: "No me cabe en la cabeza que haya gente que venga dos o tres años a Valdivia y no sepa que existen Mancera o Corral".

El trabajo de un auténtico emprendedor

Negocio Cabañas Arlenne (I y II)

Emprendedora Arlenne Omegna

Contacto arlenne00@hotmail.com/ 09-76868753

Como ocurrió con muchos otros emprendedores, Arlenne Omegna llegó a Sercotec para solicitar ayuda. Frente a esto, el coordinador territorial de Sercotec Los Ríos, Simón Pérez, señala que "para nosotros, siempre es muy grato poder colaborar con una emprendedora como Arlenne, que es un genuino ejemplo de lo que debe ser alguien que quiere asumir un emprendimiento. Además, ella ha seguido otro aspecto muy importante: la asociatividad. Ella es parte de la Hospeval, la asociación que agrupa a los dueños de cabañas y hospedajes valdivianos, que se han unido para trabajar en el Terminal de Buses".

¿Somos clientes o usuarios?

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Osvaldo Gajardo

Administración

Pública UST

El fin del Estado es el bien común. Bajo este paradigma, el bien común se refiere al conjunto de condiciones apropiadas para que todos, grupos intermedios y personas individuales, alcancen su bien particular.

Para una empresa, el "cliente" es el medio que permite obtener las utilidades o lucro. Es decir, que sólo satisfaciendo al "cliente", que es el medio, se alcanza el fin, que es la utilidad. Además, el "cliente" sólo tiene relación con la empresa como demandante de los bienes o servicios que ofrece. Pero para el servicio público, la satisfacción no es para un "cliente", es para el "usuario" y las diferencias entre cliente y usuario son fundamentales.

Decíamos que el servicio público no tiene como fin la utilidad. Por lo tanto, el "usuario" no es el medio, sino que es el fin. Además, todos los usuarios son los dueños del servicio público, porque directa o indirectamente lo financian a través de los impuestos. Este hecho determina que el "usuario" es demandante del bien o servicio público, y al mismo tiempo es el dueño.

Otra diferencia entre "usuario" y "cliente", es que este último no tiene ningún mecanismo formal para participar en la dirección de la empresa. El "usuario", en cambio, directa o indirectamente decide las orientaciones del servicio público, participando del sistema político.

La OECD, el Banco Mundial y otras instituciones están en esta línea, y las modernizaciones de los países dan gran importancia a los derechos de los usuarios y a concebirlos como fin o centro del servicio público, donde el "usuario" es parte integrante de la institución pública, siendo el centro y fin del servicio público.

Chile, con titubeos y muchas limitaciones, ha orientado la modernización de la gestión pública, colocando énfasis en mejorar la atención, información y procesamiento de quejas de los "usuarios" y se han hecho declaraciones sobre la participación éstos, obligando a dar una mirada a la administración pública.


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