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OMS: 1,5 millones de personas mueren al año por no estar vacunadas

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La ausencia de vacunaciones rutinarias de niños causa cada año 1,5 millones de muertes que podrían haberse evitado, según señaló ayer la Organización Mundial de la Salud (OMS) en vísperas de la Semana Mundial de la Vacunación, que se celebra a partir de mañana.

En un comunicado emitido en Ginebra, la OMS lamentó que uno de cada cinco niños no está lo suficientemente inmunizado contra enfermedades que podrían costarle la vida. "Resulta esencial que la comunidad internacional realice un esfuerzo colectivo y cohesionado" para lograr los objetivos de vacunación, aseguró Flavia Bustreo, directora de la OMS para familia, mujeres e infancia.

En el año 2012, los 194 Estados miembro de la organización se comprometieron a llevar a cabo un plan de acción global que garantizara que cualquier persona recibiera las vacunas básicas.

Sin embargo, en torno a un 16% de los niños no está vacunado contra el sarampión, de acuerdo con la organización.

En 2013, año del que se tienen los últimos datos disponibles, 145.700 personas murieron a causa de esa enfermedad.

Ese mismo año, 22 millones de niños no recibieron las tres dosis necesarias para inmunizarse contra la difteria, el tétanos y la tos ferina.

Progresos

No obstante, la OMS destaca en su comunicado público que en los últimos años también se han logrado algunos progresos respecto de esta materia.

Así, el nivel general de vacunaciones en muchos países pasó del 5% de mediados de los años 70 a más del 80% en el año 2013.

La organización sostiene que actualmente las vacunas podrían contribuir a evitar entre dos y tres millones de muertes.

La Semana Mundial de la Vacunación, organizada por la OMS, se conmemora entre el 24 y el 30 de abril.

Sarampión

En los 194 Estados miembro de la OMS, alrededor de un 16% de los niños no está vacunado contra el sarampión, de acuerdo con la organización.

Difteria y tétanos

En 2013, 22 millones de niños no recibieron las tres dosis necesarias para inmunizarse contra la difteria, el tétanos y la tos ferina.

Mecanismo en el cerebro explica por qué es difícil dejar de fumar

EE.UU. El hallazgo ofrecería una perspectiva distinta para buscar tratamientos para personas que intentan abandonar el hábito.

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Un equipo de científicos de la Universidad de Massachusetts logró identificar el mecanismo cerebral responsable de la ansiedad que se produce al intentar dejar de fumar, un hallazgo que podría contribuir al diseño de tratamientos más efectivos para fumadores que buscan abandonar este hábito.

"Identificamos un singular circuito en el cerebro que se vuelve activo durante la abstinencia a la nicotina, específicamente durante el incremento de la ansiedad", sostuvo el autor principal del descubrimiento, Andrew Tapper, citado por el portal Science Daily.

"Una mayor ansiedad es un síntoma importante de la abstinencia a la nicotina que produce recaídas en los fumadores que intentan dejar" el consumo de tabaco, agregó Tapper, quien es profesor de Siquiatría de la Escuela de Medicina del plantel estadounidense.

El trabajo dio con varios hallazgos sobre ciertos mecanismos en el cerebro que inducen a la ansiedad durante la abstinencia a la nicotina, además de posibles alternativas para evadir estos mecanismos con el fin de tratar -o incluso prevenir- este síntoma.

Los experimentos que condujeron a estos resultados fueron elaborados durante varios años por los laboratorios de Tapper y Paul Gardner, también profesor de Siquiatría de la Universidad de Massachusetts, y además contaron con la colaboración de la fundación The Scripps Research Institute of La Jolla, en California.

Según recogió Science Daily, el principal hallazgo del estudio es el hecho de que una región del cerebro llamada núcleo interpeduncular se activa cuando se deja de fumar, por lo que parece ser la causante de la ansiedad durante esta etapa.

Una de las cosas que les llamó la atención a los científicos es que esta región en cuestión es distinta a otra identificada anteriormente por Tapper y donde se originan los síntomas físicos de de la abstinencia a la nicotina, entre ellos dolores de cabeza, nausea e insomnio.

Los autores creen que esta nueva región del cerebro descubierta ofrece una perspectiva distinta para amortiguar los síntomas de la abstinencia a la nicotina, entre ellos la ansiedad, un elemento que por lo general frustra a las personas en su intento de dejar de fumar.

Otra conclusión novedosa tiene que ver con unas neuronas ubicadas en otras dos regiones del cerebro que convergen en el núcleo interpeduncular para estimular a las neuronas que provocan la ansiedad. Los investigadores pudieron aliviar la ansiedad en unos ratones al suspender la actividad de esas neuronas activadas, sugiriendo que lo mismo podría ocurrir en los humanos. Los próximos pasos del equipo investigativo serán expandir los alcances de la comprensión sobre las interacciones entre la ansiedad, el estrés y la recompensa con la abstinencia de sustancias adictivas.

"Ahora estamos explorando si los circuitos que identificamos están involucrados en la ansiedad inducida por el estrés en general", dijo Tapper, quien agregó que su equipo también está explorando si estos circuitos juegan un papel en el consumo de otras drogas.

Una mirada distinta

A diferencia de lo que este estudio indagó, en 2013 un trabajo del King's College de Londres encontró que dejar de fumar reduce considerablemente el nivel de ansiedad. "La creencia de que el tabaco contribuye a reducir el estrés es falsa casi con toda seguridad. Los fumadores han de conocer en qué medida les afecta el tabaco y que en realidad a muchos les provoca un aumento de la ansiedad", explicó en ese oportunidad el doctor Máirtín McDermott, del King's College de Londres.